La imagen que corona este post es la prueba del delito. Hasta ahora los motores diésel que venían montado los Mini son los 1.6 common-rail que comparte con PSA y Ford. Hace un tiempo anunciábamos que era más que posible que BMW estuviese tramando incluir sus propios propulsores en versiones de más altas prestaciones de modelos de la gama Mini. De hecho, se sigue hablando mucho de que habrá un Mini Cooper SD con el 2.0 twin-turbo del BMW 123d, con nada menos que 204 CV de potencia.
Sin embargo, hablamos ahora del Mini Countryman y nos remitimos a las pruebas. Es un diésel de origen BMW encastrado en el vano motor del pequeño crossover germano-británico. Como todos sabéis BMW no produce motores turbodiésel de menos de 2 litros de cilindrada, así que bien estamos ante un nuevo propulsor o es efectivamente un 2 litros. Desde BMWBlog y Motoring File apuntan a que se trata del mismo motor que mueve al BMW 316d y 116d, un propulsor de acceso con 116 CV de potencia.
Aún así, tiene un par motor de 260 Nm y unas prestaciones muy buenas, sin olvidarnos de un consumo que baja de los 4.5 l/100 km en ambos modelos. Ahora bien, lo que yo me pregunto es si tendría sentido ese motor en el Mini Countryman. Para mí la respuesta es no, ya está el 1.6D de PSA con 112 CV de potencia y consumos muy bajos, 4.4 l/100 km en dicha versión. Ahora bien, puede que hablemos de un reemplazo de dicho motor en un corto plazo, en ese caso sí que tendría sentido en la versión Cooper.
Lo que yo creo es que no es el motor de 116 CV, sino la evolución de 184 CV que muy posiblemente dé forma a un Mini Countryman Cooper SD, o como lo quieran llamar. ¿Que opináis vosotros? ¿Tiene sentido esta inclusión?
Vía: MotoringFile
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