Posiblemente la primera cosa que asociamos al automóvil americano es el motor V8. Estos incombustibles bloques han movido a América desde los años 30, aunque últimamente menos del 5% de los turismos nuevos los montan. Incluso a los americanos les resultan caros de mantener, pero sobreviven muy fuertes en los diferentes pick-up disponibles en el mercado, más de un 80% de los pick-up vendidos en EEUU en 2009 los monta. Y las ventas de pick-up representan la mitad del mercado.
Hablamos de que cerca de cinco millones de automóviles al año aún montan este tipo de motores, por lo que no deberíamos enterrar aún al ocho cilindros atmosférico de toda la vida. También es un motor sinónimo del deportivo americano, con iconos como el Corvette, Ford Mustang GT, Dodge Challenger HEMI o Chevrolet Camaro SS como abanderados de la filosofía muscle car. Por ello, son buenas noticias para los amantes del motor que General Motors invierta 890 millones de dólares para su siguiente generación de motores V8.
Todos los avances irán encaminados a producir small blocks más eficientes. En primer lugar se mejorarán los procesos de producción, previsiblemente con nueva maquinaria de fundición para crear bloques de manera más precisa, gracias al empleo de tecnología láser y pulido preciso por proyección de áridos. La producción mantendrá o creará 1.600 puestos de trabajo en las fábricas nortamericanas de Tonawanda (Nueva York), Defiance (Ohio), Bedford (Indiana), Bay City (Michigan) y St. Catharines (Ontario, Canadá).
General Motors comenta en su comunicado que la próxima generación de motores V8 estará íntegramente construida en aluminio, tanto bloque como culata. Un nuevo diseño para las cámaras de combustión y la introducción de la inyección directa de combustible permitirá un ahorro importante de la preciada gasolina. Hablando de carburantes, todos los V8 serán compatibles con bioetanol E85, por lo que en teoría las emisiones de CO2 se verían compensadas en hasta un 70%.
Lo que GM no cuenta es que esta compatibilidad permite que el cálculo de emisiones para el CAFE – el organismo que regula las emisiones y consumos de los automóviles en EEUU – sea mucho más permisivo con estos vehículos, especialmente en lo tocante a consumos medios de toda la flota del fabricante. Sea como sea, el motor V8 seguirá aún muchos años entre nosotros, siempre que unos precios crecientes de combustible no le pongan la zancadilla.
Gracias a Jens J. por la pista.
Vía: ForoCorvette
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