Que nadie lo dude, el Peugeot RCZ es uno de los lanzamientos del año y un vehículo que dará mucho de que hablar. Y es que no esperábamos menos de este pequeño coupé deportivo que nace con el pecado original o la ventaja, de ser considerado el “TT barato” de Peugeot. ¿Será capaz de poner contra las cuerdas al peso ligero de Ingolstadt?
Coincidiendo con el Salón de Madrid, y tras una sobredosis considerable de eléctricos, tuve la oportunidad de tener una pequeña toma de contacto con el nuevo Peugeot RCZ. Concretamente pude echarle el guante al 2.0 HDI FAP de 163 CV, con cambio manual de seis velocidades. Probablemente este se convertirá en uno de los motores más solicitados dados sus consumos, apenas 5.3 litros/100 km, aunque la verdadera “chispa” la ofrecerá el 1.6 THP de 200 CV.
Es uno de esos coupés pequeños que por exigencias del guión acogen dos plazas traseras muy escasas, de hecho incluso siendo mayor que un Audi TT mi impresión es que las plazas traseras son bastante más angostas que en su homólogo alemán. Ni siquiera esas dos “chepas” sobre el techo ayudan demasiado a los ocupantes de sendos asientos traseros, aunque sí mejoran un poco la altura de las plazas delanteras que son aptas para adultos de altura media tirando a alta.
Pese a todo la altura de la base de los asientos no me pareció del todo satisfactoria, le vendría mejor que bien la posibilidad de que éstos pudiesen bajarse aún más, que es lo que pide a fin de cuentas un coupé pequeño de este tipo. En cuanto al resto de elementos su disposición me convence, hablo del volante, los pedales y la palanca de cambios que están en una posición correcta para el que busque una conducción más ágil y deportiva.
La palanca de cambios está situada en una posición ligeramente alta, y sus recorridos son bastante cortos. Las suspensiones son tirando a duras, lo cual puede ir mejor que bien en curvas pero también compromete el confort. Es una pena que nuestra efímera prueba por los alrededores del IFEMA en Madrid no nos permitiese poner a prueba sus capacidades dinámicas y comprobar realmente si será capaz de estar a la altura del Audi o no buscando los límites en las curvas lentas, un apartado en el que el TT ya nos dejó muy satisfechos.
El tacto del diésel es impecable, y esos 163 CV empujan fuerte desde abajo y son más que suficientes para sus 1.450 kg. El mayor problema es su sonoridad, me resultó algo ruidoso (más ruidoso incluso de lo que esperábamos en éste diesel), aunque hay que mencionar que el Peugeot RCZ que probamos aún estaba en rodaje y prácticamente lo acababan de desprecintar. Más que el ruido del motor, lo que me defraudo un poco más fue el aislamiento acústico. Definitivamente el tamaño y la forma de la luna trasera y el techo y las puertas sin marco no ayudan a aislarnos como es debido del exterior.
Puede que suene un tanto lapidario para la marca francesa, prometo que es un halago, pero el interior de este Peugeot RCZ, que rezuma calidad y buenos ajustes, dista mucho de lo que cualquiera esperaría de un Peugeot. Tapizados de piel (opcionales con Pack Cuero) en todos los paneles de puertas, el salpicadero y en unos comodísimos asientos con ajuste lumbar que no sólo no tiene nada que envidiar a los acabados del TT, sino que en muchos sentidos incluso lo supera.
Personalmente la calidad de los materiales me sorprendió muy gratamente. Ahora lo único que queda saber es el precio que costará un Peugeot RCZ con estos acabados, que me temo que será de todo menos barato. El navegador retráctil sobre el salpicadero también es todo un acierto y en general desahoga mucho la consola central en la que se sitúan los controles del climatizador y el equipo multimedia.
Ahora me pregunto, estarán los clientes dispuestos a desembolsar el dineral que supone un coche así para comprar un Peugeot RCZ, u optarán por pagar algo más y hacerse con un Audi TT. No lo tengo tan claro… Lo que sí parece seguro es que al menos el Peugeot RCZ gozará del beneficio de la duda, dado que a priori no parece deslucir en casi ningún aspecto de su rival alemán y además aunque escasas, sus dos plazas traseras siguen siendo una ventaja respecto a otros rivales como el Nissan 370-Z.
Reconozco que me ha dejado un buen sabor de boca, aunque la prueba sigue siendo insuficiente para dar un veredicto definitivo.
- Peugeot RCZ 2.0 HDi, a prueba (I)
- Peugeot RCZ 2.0 HDi, a prueba (II)
- Peugeot RCZ 2.0 HDi, a prueba (III)
Peugeot RCZ
Vía: Peugeot
En Diariomotor: Peugeot RCZ | Peugeot RCZ, a fondo | Peugeot RCZ en el Salón de Frankfurt 2009