La senda de la reducción de peso es la elección de muchos fabricantes para conseguir un coche más rápido sin aumentar la potencia, aumentando la relación entre peso y potencia. Pero en el caso del Ferdinand GT3 RS esta filosofía se ha llevado un paso demasiado lejos, un conjunto que nos hará sudar, literalmente, curva tras curva pero de un modo distinto al que lo haríamos a bordo de un Porsche GT3 RS.
La potencia de esta interpretación es variable y depende del tipo de combustible que se le proporcione a la fuente de movimiento, obteniéndose óptimos resultados con la fabada asturiana en concreto. El combo piloto-motor han de maniobrar una carrocería muy ligera, con una estructura tubular cubierta por papel de aluminio, tarea que se ve aliviada gracias a las entradas de aire frontales.
A destacar es el alto nivel ecológico, que si no tenemos en cuenta los reducidos gases de escape del motor son casi nulos. Casi tan nula como las emisiones es la velocidad del aparato, que a diferencia de los verdaderos Porsche presenta pedales como los que nos podemos encontrar en una pedaleta de playa. El cuidado volante de cuero presente en los deportivos del fabricante asentado en Stuttgart tambien ha desaparecido en favor de un liviano manillar.
Dejando las bromas a un lado, esta reproducción del GT3 RS a pedales puede no ser la más rápida ni sus materiales los más nobles o avanzados, pero si apartamos nuestros ojos de las estrechas ruedas el parecido es innegable. A continuación podéis verlo en acción, aunque no esperéis derrapes, salidas quemando rueda ni el ronco sonido de un motor alemán de explosión.
Vía: Carscoop
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