El sobrepeso ha llegado a los automóviles, es un hecho, las nuevas generaciones de automóviles siguen aumentando sus cifras sobre la báscula que crecen a la par que mejora la tecnología que equipan para hacer nuestra conducción más segura y sencilla. Pero sin duda alguna el problema fundamental está en el crecimiento que han sufrido prácticamente todos los segmentos para mejorar sus cotas y hacer que sean más cómodos y confortables.
Un buen ejemplo lo tenemos con los utilitarios. Actualmente el Volkswagen Polo (3.952 mm) es significativamente más grande que un Volkswagen Golf de 1ª Generación, hablamos de finales de los años 70. Otro ejemplo bastante significativo lo tenéis en las fotografías adjuntas a este artículo, donde se aprecia la foto de familia de dos de las sagas de berlinas más importantes de Mercedes-Benz.
Mercedes Clase-E (1953-2010)
Está claro que para mejorar la amplitud del habitáculo y el espacio de carga del maletero, la única solución es crecer a lo largo y a lo ancho. El problema es que con un peso mayor se necesita también más potencia para ofrecer unas prestaciones mínimas y los consumos se resienten, y lógicamente los tiempos que corren no son como para derrochar unas valiosas décimas de litro/100 km y liberar unos gramos de CO2 extra a nuestra maltrecha atmósfera. Es más, esas décimas pueden marcar la diferencia entre estar gravados o no con una significativa carga fiscal.
Una de las soluciones más efectivas que ya emplean los fabricantes para mantener el peso a raya es utilizar materiales más ligeros en el chasis y la carrocería, por ejemplo el aluminio, algo que por su coste sólo está reservado a vehículos de gama alta como por ejemplo las grandes berlinas de lujo. No obstante, marcas como Lotus ya investigan milagrosas dietas de adelgazamiento para hacer nuestros coches más ligeros sin un coste excesivo.
BMW Serie 5 (1975-2010)
Peugeot 401-407 (1934-2010)
Vía: Jalopnik | Blaargh
En Diariomotor: Lotus asegura que ahorrar peso no cuesta más