El ascenso al Pikes Peak es una de las carreras más complicadas, duras y peligrosas del mundo pero a su vez es una de las más espectaculares. La potencia y preparación de los coches es tan clave como la destreza y la resistencia del piloto para arañar décimas al cronómetro en cada curva sin perder el control.
Un emplazamiento como éste es el elegido por Audi y la Universidad de Stanford para seguir haciendo pruebas sobre vehículos autónomos, es decir que no necesitan la interacción humana para realizar un recorrido concreto. Será un Audi TTS preparado para la ocasión el que recorra varios tramos de Pikes Peak sin que ningún piloto se ponga a sus manos y sin que nadie lo maneje por control remoto.
El coupé de Ingolstadt está equipado con la última tecnología de posicionamiento mediante GPS que le permitirá cumplir con el camino sin desviarse más de dos centímetros de la línea establecida en unos mapas internos (ahí está parte del truco, es un TT-S bien “apañado” pero todavía no es KITT). Además cuenta con cambio DSG, dirección, acelerador y freno conectados a un ordenador que coordina todos los elementos.
Sus 272 CV de potencia deberían ser suficientes para realizar con cierta alegría el ascenso pero me imagino que para Audi primará la correctitud y los datos tomados del recorrido más que el tiempo gastado en realizarlo. Por muy bien que lo haga estoy seguro de que todavía está a años luz de conducir como el famoso Ari Vatanen que nos regaló un espectacular ascenso a Pikes Peak.
Un lugar como Pikes Peak es el sitio perfecto para probar algoritmos de conducción autónoma y métodos de asistencia activa al conductor además de probar la resistencia de todo el sistema en las condiciones más duras.
Audi TT-S autónomo para Pikes Peak
Vía: Zercustoms
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