Lamborghini Gallardo, y ya van 10.000. El hito alcanzado esta misma semana convierte al astado italiano en el modelo más vendido de la historia de Lamborghini. Sin duda es un éxito para la marca de Sant’Agata y algo que les debe enorgullecer, pero ¿qué pensarán los propietarios de un Gallardo sabiendo que existen al menos otros 9.999 más rodando por las carreteras de todo el mundo?, ¿se lo regalarán a su futuro dueño por ser el cliente número 10.000?
El Lamborghini Gallardo nacía en 2003 para encarnar el espíritu del superdeportivo clásico y espectacular de Lamborghini en la carrocería de un deportivo apto para el día a día. Se trata de una de esas máquinas pensadas para llegar “másivamente” al público, dentro de su exclusividad y del astronómico precio que hay que pagar por uno de ellos.
Desde su lanzamiento en 2003, cuando llegó en forma de Coupé, se han lanzado multitud de ediciones, las primeras fueron la Spyder (descapotable) y Superleggera (aligerado y potenciado). Eran en 2007 cuando llegaba el “restyle” y por lo tanto el Lamborghini Gallardo actual, el LP 560-4 Coupé que también tuvo su correspondiente Spyder, y hace poco su correspondiente 570-4 Superleggera, así como el LP 550-2 Valentino Balboni, el único hasta el momento con tracción trasera (el resto son de tracción integral permanente).
El Lamborghini Gallardo número 10.000 ha sido decorado con la carrocería en color amarillo “midas”, un color de lo más acertado y más representativo para el deportivo italiano, de hecho apostaría por que éste es uno de los más solicitados. Irá destinado a China, donde se expondrá y se exhibirá antes de llegarle a su orgulloso propietario, que por cierto, no nos consta que le haya salido gratis.
¿Qué pasó con la exclusividad? En un deportivo así lo que menos le importa a Lamborghini es mantener la exclusividad, para ello ya delegan en las versiones Superleggera, en los Valentino Balboni, en las Ediciones Limitadas que sacan a la venta de vez en cuando. Pero sobretodo delegan en su programa de “venta de exclusividad” denominado Ad Personam, por el cual quien tenga suficiente dinero para hacerlo podrá equipar y decorar su flamante Lambo como quiera.
Vía: Lamborghini
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