Las líneas de producción de la Serie 5 – modelo E60 – ya se han parado definitivamente. Con ellas, las del BMW M5, que desde el E39 se produce en masa junto a los demás Serie 5, al contrario que en las dos primeras generaciones. La berlina deportiva con motor de diez cilindros ha batido todos los récords de producción para Motorsport, que hace del M5 su segundo modelo más vendido. Se han vendido nada menos que 20.548 unidades, producidas en un periodo de cinco años. Del total, sólo 1.025 unidades han correspondido al M5 Touring, un familiar de altos vuelos introducido en el año 2007.
Cometidos a fabricar las mejores berlinas deportivas, una de las mejores características del M5 siempre ha sido su motor. En su cuarta generación, era un 5.0 V10 desarrollado a partir del motor de competición de la escudería Williams-BMW. Con más de 100 CV/litro, entregaba su potencia máxima de 507 CV a 7.750 rpm, aunque la línea roja no comenzaba hasta las 8.250 rpm. Como todo buen Motorsport, de aspiración atmosférica y afilado sonido. Pero no sólo el motor brillaba en el M5, sino uno de los más completos paquetes tecnológicos jamás vistos en un BMW.
Fue lanzado en 2004, y ya incluía de serie elementos de control electrónico como el polémico iDrive, que servía entre otras cosas para controlar los ajustes de la suspensión EDC ajustable o el mapeado de potencia del motor: entre 400 y 507 CV. La caja de cambios vinculada a este motor – como opción manual de seis marchas – es una SMG semi-automática de siete relaciones. Disponía de hasta once ajustes diferentes para los cambios de marcha: desde confortables a ultra-rápidos, sólo aptos para una conducción inspirada. Se podía manejar con levas o la propia palanca.
Frenos de material compuesto o un diferencial actuable ponían la guinda a un conjunto mecánico de excepción, coronado con gadgets como un Head-Up Display o avanzados sistemas de navegación por satélite como el BMW Professional Navigation. Ofreciendo prestaciones de órdago – 0 a 100 km/h en 4.7 segundos, punta deslimitada de casi 300 km/h – se criticó su peso por parte de algunos puristas, pues se hallaba próximo a las dos toneladas. Quizá se haya perdido esa interacción, mecánica y bruta de las primeras generaciones, pero no será un coche que olvidemos fácilmente.
Como última curiosidad, casi la mitad de todos los M5 vendidos fueron a parar al mercado estadounidense, que de nuevo será el target en el próximo BMW M5 F10. Este sucesor de los E60 está muy cerca de ser presentado, y se ha confirmado un motor 4.4 V8 twin-turbo bajo su capó, con una potencia que debería rondar los 580 CV. Su peso será de algo más de 1.900 kg, pero se espera que pulverice los registros de su predecesor. En pocos meses – Salón de París – o puede que antes, os contaremos más. Digamos adiós al rey, preparemos el trono a su sucesor.
Vía: BMW
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