Tan sólo lleva unos días en el cargo y Matthias Müller, el nuevo CEO de Porsche, ya trabaja con el complicado objetivo de doblar las ventas de Porsche en un plazo máximo de tres años y asentarse sobre las 150.000 ventas anuales (en 2009 vendieron 75.238 unidades). Hasta el mes de abril las ventas habían permanecido estancadas (bajaron un 0.1%), pero lo cierto es que el optimismo se ha instalado en Stuttgart con la llegada de los nuevos Porsche Cayenne, el Porsche Panamera de seis cilindros y algunos prometedores planes de futuro.
De momento uno de los escenarios que Porsche se plantea para lograrlo es el crecimiento de la gama por abajo, lo que daría vía libre a un modelo más pequeño que el Boxster. Se trataría del pequeño deportivo descapotable del que tanto se ha rumoreado en los últimos años, un vehículo que se construiría bajo una plataforma compartida de Volkswagen para reducir costes, aprovechando la experiencia lograda con un viejo conocido: el Volkswagen Bluesport Concept.
A sus 57 años Matthias Müller ha sido uno de los responsables del crecimiento de la gama de modelos de Audi y es uno de los pesos pesados del Grupo Volkswagen, lo que une a Porsche más que nunca a Wolfsburgo y se traducirá en una conexión con el big boss aún más fuerte si cabe. A diferencia de Michael Macht, que ha culminado su fase de jefe interino tras el fin de la era Wiedeking.
Porsche reclama por tanto un modelo más asequible, que mantenga los valores de la marca y se aproveche de plataformas compartidas, motores comunes del grupo Volkswagen y nuevas metodologías de fabricación para convertirse en un éxito en los concesionarios en un movimiento sólo comparable a la llegada del Porsche Cayenne o los primeros propulsores diésel a Stuttgart.
Vía: Autonews
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