El Toyota iQ, ese “loco bajito” – como diría Serrat – que con sus escasos 3 metros está destinado a ser un eficaz aliado para urbanitas que hallen en su tamaño la posibilidad de encontrarse en la ciudad con aquellos aparcamientos en los que casi ningún otro automóvil puede entrar. Y que lejos de lo que su tamaño nos pueda hacer intuir es cómodo, tiene suficiente potencia y además cuenta con un equipamiento y una calidad inmejorable para su segmento.
El Toyota iQ puede presumir a día de hoy de ser uno de los automóviles más pequeños en el mercado, únicamente superado por el Smart Fortwo. Lo mejor del nipón respecto al Smart está en el hecho de disponer cuatro plazas practicables con relativa comodidad por cuatro adultos, y eso siempre es una ventaja frente a las limitaciones de un biplaza. Nosotros nos pusimos al volante de un Toyota iQ2 1.33 VVT-i Dual MultiDrive Zan Shin.
Utilitario “premium”, en su calidad y su precio
Cada vez hay más utilitarios en el mercado con poco más de 3 metros, pero lo cierto es que llegados a este punto es preciso hacer una clara distinción entre la idea que persiguen éstos (hablamos de los Ford Ka, Fiat 500, Kia Picanto, Peugeot 107, etc…) y la que persigue un Toyota iQ. Los primeros están claramente enfocados a dar una funcionalidad muy limitada a un coste muy bajo, mientras que el iQ pretende conquistar la ciudad con una propuesta chic, elegante y distinguida, y eso se aprecia tanto en su calidad como en la factura final que también se eleva considerablemente.
Buena prueba de lo que os quiero decir es que el Toyota iQ es incluso más caro que los Toyota Aygo y Yaris, cuando éstos son ligeramente mayores y también más funcionales. Está claro que la idea de Toyota es cubrir un nuevo nicho de mercado de clientes que demandan vehículos cada vez más pequeños y muy bien equipados, a un coste que para muchos será demasiado alto (el iQ se vende a partir de 12.900€).
Diseño
El diseño del Toyota iQ es muy peculiar. La disposición de los ejes en los extremos garantiza el máximo aprovechamiento del espacio en el habitáculo y también una batalla suficiente para mantener la estabilidad de la carrocería. Por delante tenemos un pequeño voladizo que acoge un motor muy compacto de 1.33 litros y 98 CV. En su silueta llaman la atención las puertas laterales suficientemente grandes para acceder a las plazas traseras.
Acabados y materiales de calidad
Tuve ocasión de probar un Toyota iQ con acabado iQ2 y edición especial Zan Shin, es decir, el mejor equipado en estos momentos con un precio base de 17.600€. Accedemos al habitáculo y nos llama la atención muy gratamente la calidad de los materiales, tapizados de piel en dos tonos para los asientos, plásticos rugosos en el salpicadero cuya disposición asimétrica es tan atractiva visualmente como práctica para aprovechar el espacio.
El único defecto que le podemos poner es la utilización de plástico duro de color crema brillante en el centro del salpicadero, justo donde se encuentra la pantalla del navegador y los controles del equipo multimedia y el climatizador. Visualmente no queda del todo mal, pero los reflejos que se producen pueden llegar a ser un poco incómodos cuando vamos conduciendo.
Puesto de conducción elevado
En estos vehículos siempre sorprende la altura a la que nos sentamos y lo bien que se divisa la carretera por delante, entre otras cosas se debe a que en el frontal tan sólo tenemos un estrecho salpicadero y un pequeño voladizo. De todas formas tanto la altura del asiento como el espacio libre hasta el techo no llega a ser tan holgada como en un smart fortwo. Todos los mandos son accesibles con facilidad, tanto el volante como el cuadro de mandos han sido diseñados de forma minimalista.
En el centro del salpicadero, y en lo más alto, tenemos la pantalla de un navegador integrado TomTom que hace las veces de equipo multimedia y pivota para permitirnos introducir un CD. Pese a lo reducido de su pantalla, se puede decir que sigue siendo igual de práctico gracias a que ésta se ha situado prácticamente a la altura del volante y por lo tanto su visibilidad es excelente.
El Toyota iQ carece de un túnel-consola central al uso, dado que limitaría mucho el espacio para las piernas del conductor y su acompañante. Por eso mismo el selector de marcha (nuestro iQ de pruebas contaba con cambio automático MultiDrive) se ha situado demasiado bajo.
Dos plazas traseras, mejor que ninguna
Para dotar de algo más de espacio a las plazas traseras el Toyota iQ ha tenido que prescindir de guantera. De esta forma el salpicadero en la posición del acompañante es algo más estrecho, permite que su asiento se pueda adelantar un poco más y así dejar algo más de espacio al menos en una de las plazas traseras. La guantera ha sido sustituida por un pequeño “sobre-maletín” de tela en el que apenas cabe la documentación del vehículo.
Por sorprendente que resulte, el Toyota iQ cuenta con dos plazas traseras que realmente son practicables. De hecho incluso la situada detrás del conductor, que es la que dispone de menos espacio para las piernas, puede ser ocupada por un adulto siempre y cuando el conductor no lleve su asiento en su posición más retrasada.
Ambos asientos cuentan con su correspondiente reposacabezas, y para mayor seguridad de serie el Toyota iQ incluye un airbag de cortina trasero que se infla cubriendo la luna posterior en caso de un alcance por detrás.
Adaptando el espacio de carga a nuestras necesidades
Con las cuatro plazas habilitadas, el Toyota iQ apenas dispone de un estrecho maletero en el que no caben objetos de mayor volumen que una carpeta o un pequeño maletín (unos escasos 32 litros). Toyota piensa que en la mayoría de los casos no es necesario utilizar a la vez cuatro plazas y un espacio de carga mayor, al menos así debería ser según las necesidades del propietario de un iQ.
En cualquier caso abatiendo los asientos contamos con espacio más que suficiente para la mayoría de las situaciones, un volumen de hasta 292 litros. En este caso nos quedamos con tan solo dos plazas, pero también con un buen volumen de carga. Sendos asientos traseros se pueden abatir en dos piezas, por lo que también habría una tercera alternativa (aunque incómoda eso sí) en la que se mantengan tres plazas y un volumen mayor de carga.
El mayor handicap de la disposición de asientos biplaza para utilizar el máximo espacio de carga es el hecho de que no existe una separación física entre el maletero y los pasajeros, con el riesgo que ello conlleva. Tampoco existe, al menos de serie, un medio de sujetar convenientemente la carga para evitar que ésta salga proyectada en caso de accidente, por lo que lo más recomendable es que su usuario únicamente utilice esta disposición cuando sea estrictamente necesario y se asegure de sujetar bien la carga.
En fin ya hemos visto a rasgos generales que el Toyota iQ es un utilitario con cuatro plazas practicables, que su calidad está a un nivel muy alto, y que lógicamente por su enfoque está más cerca de un smart fortwo que de un Toyota Aygo o un Toyota Yaris. De momento os remito a la segunda parte de la prueba que publicaremos mañana para conocer el comportamiento dinámico de este pequeño urbanita.
Toyota iQ2 MultiDrive Zan Shin
En Diariomotor: Toyota iQ | Toyota iQ2 Zan Shin 1.3 VVT-i MultiDrive | Comparativa: Toyota iQ vs Smart Fortwo, la batalla de los city-car