El pasado martes tuvo lugar el primer examen de conducir realizado en un centro penitenciario en España. Se trataba de un examen teórico, celebrado como piloto en la Prisión de Ocaña (Toledo). Desde ahora otros quince centros penitenciarios españoles comenzarán a celebrar estos exámenes. Las clases teóricas se están ya impartiendo en los siguientes centros: Albolote (Granada), Madrid I, Arrecife (Lanzarote), Ávila, Burgos, Castellón, Córdoba, Huelva, Bonxe (Lugo), Nanclares (Álava), Ocaña II, Orense, Topas (Salamanca), Valladolid y Villabona (Asturias).
Se pretende extender los exámenes a los 69 centros dependientes del organismo de Instituciones Penitenciarias. Está experiencia es fruto de un acuerdo entre el organismo estatal y la CNAE (Confederación Nacional de Autoescuelas), y busca que los presos dispongan de carnet de conducir al quedar el libertad, evitando problemas de todo tipo. La estadística dice que previa a su entrada en prisión, el 77.7% conducía de manera regular, aunque el 31.4% no disponía de carnet (había muchos conductores sin carnet).
Profesores y examinadores se desplazarán a los centros penitenciarios, y los exámenes se celebrarán de manera regular. En cuanto a la parte práctica del examen (y su correspondiente entrenamiento), se realizará en las calles de nuestras ciudades. Los organismos competentes ya dejan claro que sólo se permitirán estas excursiones si no existen riesgos, y en todo caso irían acompañados de un agente de la ley. Actualmente hay en España 2.982 personas que cumplen condena por algún delito relacionado con la seguridad vial.
No se hace referencia a la financiación de matrículas y prácticas, simplemente se comenta de pasada que los reclusos con menos recursos recibirán subvenciones al respecto. Estos exámenes permitirán su rehabilitación y en general evitarán conductas delicitivas futuras al volante. ¿Qué os parece esta iniciativa?
Vía: SER
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