Es toda una guerra de potencia la que se he desatado entre Ford y General Motors en el segmento de las pick-up Heavy Duty. Estos monstruos, que responden a nombres como Ford F-250 o Chevrolet Silverado 2500 HD, siempre han tenido motores turbodiésel en opción, y últimamente son los que concentran más inversión por parte de estas corporaciones. Dodge tiene a su Ram HD, pero su Cummins de 6.7 litros está por el momento algo rezagada en cuanto a cifras brutas: las GM y Ford tienen cerca de 400 CV y son capaces de remolcar hasta 10 toneladas sin problemas.
La chispa que encendió la guerra fue el lanzamiento por parte de Ford de un nuevo turbodiésel 6.7 V8 PowerStroke, con common-rail de última generación, un catalizador de alto rendimiento, 390 CV de potencia y nada menos que 1.000 Nm de par motor a 1.800 rpm. La respuesta de General Motors tardó apenas meses, una nueva generación de su 6.6 V8 Duramax – desarrollado junto a Isuzu – con 397 CV de potencia y 1.037 Nm de par a 1.600 rpm. Lo sorprendente es que el consumo de estos monstruos en condiciones habituales no suele superar los 12 l/100 km.
Pero no vamos a hablar de consumos: Ford vuelve a dar un puñetazo en la mesa y ha lanzado una campaña de actualización para todos los dueños de un PowerStroke 2011, actualizando su centralita totalmente gratis hasta los 400 CV, elevando el par máximo a 1.084 Nm. Las capacidades de remolque aumentan, para las F-350 con un enganche comercial para remolques pesados y doble rueda trasera (auténticos camiones), se sitúa en 10.250 kg. Desde ahora, de fábrica todas las F-Series con motor PowerStroke vendrán con ese toque extra de potencia.
¿Cómo responderá General Motors a esta “ofensa”? La reprogramación electrónica da mucho juego, pero si nos pasamos empezamos a comprometer la fiabilidad, algo de lo que presumen mucho GM y sobre todo Ford. Hay margen a la mejora, y no dudo de que antes de 2015 estaremos en 500 CV y más de 1.300 Nm de par motor. ¿Y que hay de Dodge? El último Cummins se quedaba en unos 350 CV, pero fue lanzado hace tres años. Todo indica que serán los siguientes en golpearnos con una maza de potencia y par. Se admiten apuestas, señores.
Vía: Ford | Jalopnik
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