Y el premio al SL 65 AMG Black Series es para el creado por MKB

Al Mercedes SL 65 AMG Black Series lo tenemos como todo un exponente del coupé biplaza típico preparado para correr. O lo teníamos hasta la aparición del SLS AMG. Pero no deja de ser todo un cochazo hecho para un cliente con muy altas expectactivas. Y si hay clientes muy exigentes también hay casas de tuning dispuestas a prestar su “ayuda”.

Brabus tiene muchos puntos en el tema después de haber creado los únicos e inigualables Vanish y Stealh 65. Ambos cosechaban más de 800 CV sacados del V12 de 6.0 litros. Pero este motor todavía es capaz de dar mucho más como demuestra el completo kit de potencia de MKB que persigue colocarse cerquita del Veyron original con su entrega de 1.015 CV.

Eso y 1.300 Nm de par máximo, de forma limitada porque podría entregar más, lo convierten en toda una máquina de recortar neumáticos y batir números en el cronómetro. MKB pone mucha carne en el asador modificando los dos turbos que acompañan al 12 cilindros, mejorando la alimentación y la refrigeración así como dotando a la centralita del motor con una nueva programación. El trabajo es tan extenso que requiere hasta tres meses para completarlo.

En cifras este Black Series es capaz de acelerar de 0 a 100 Km/h en 3.6 segundos según datos de MKB pero parece extraño que con casi 400 CV más solamente recorte al cronómetro 3 décimas. Con 21.5 segundos de fugaz aceleración es capaz de ponerse en los 300 Km/h. ¿El tope superior? No lo han determinado pero teóricamente está por encima de los 370 Km/h.

Mercedes SL 65 AMG Black Series MKB

Pero para tener estas prestaciones y el V12 quemador de ruedas es necesario desembolsar más de un tercio del precio que tiene originalmente el Black Series, es decir unos 116.800 euros con los impuestos alemanes. Si quieres fardar de tener más de un millar de caballos bajo el capó es una opción más barata que comprarse un Veyron. Pero no será lo mismo.