Reconozcámoslo. El Dodge Viper es también un icono de la deportividad americana llevada al circuito y ha compartido muchas alabanzas con los Mustang, Camaro, Challenger… Ahora ha finalizado su recorrido vital gracias a un último ejemplar dorado. Nos dijo adiós con 18 años de vida pero puede que el adiós no sea muy largo.
Veamos. El Viper se despidió en un momento en el que Chrysler no estaba, económicamente hablando, como para pensar en superdeportivos de su talla. La crisis americana fue una de las principales razones por las que hasta ahora no se ha hablado de su posible continuidad. Pero las cosas han cambiado porque ahora el grupo Chrysler y el grupo Fiat caminan de la mano, otra vez económicamente hablando, y ello significa que puede haber espacio para un nuevo Viper.
Por lo visto aquello que contamos sobre las partes en común del Viper y el SLS AMG no iría demasiado desencaminado. De la nueva generación del Dodge Viper ya existirían esas trazas en forma de plataforma y elementos mecánicos compartidos, simplemente faltaría ese empujoncito que no pudo ser cuando las cosas en Chrysler no iban bien.
Ese empujoncito podría llevarnos a la presentación del prototipo de la siguiente generación allá por 2012. Las prioridades de Chrysler no son, obviamente, el desarrollo de un superdeportivo pero al menos tendríamos un acercamiento. A priori de él nos podríamos esperar que no se separara demasiado en forma del difunto Viper pero sí que tendría unas cuantas novedades bajo su superficie. La primera de ellas vendría de su motor, sobre el cual existen varias conjeturas.
La más lógica, si nos atenemos a la filosofía del Viper, es la de que conservara su famoso V10 de 8.4 litros pero convenientemente adecuado a los tiempos modernos, tanto por tecnología como por emisiones contaminantes. Haría uso de la inyección directa para cumplir como mínimo con las imposiciones sobre contaminación automóvil hasta 2018. Por otro lado podría adoptar un bloque V8 siguiendo la tendencia de downsizing actual.
Además el abrazo entre Chrysler y Fiat permitiría que Dodge bebiese, en cierta medida, de algunos conocimientos del cavallino rampante. Se dice que Ferrari podría aportar sus grandes conocimientos sobre estabilidad y maniobrabilidad. Si recapitulamos estos datos podemos esperarnos un gran Dodge Viper en el que posiblemente se pierdan algunos principios pero se gane en calidad. De momento tendremos que esperar.
Vía: Motorpasión | Road&Track
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