A principio de los años 60 la coyuntura económica en EEUU no podía ser mejor, y los estudios de diseño de General Motors hervían de actividad. Decenas de prototipos fueron presentados en aquella época, algunos simples ejercicios de diseño, otros modelos casi de producción. En 1964 iba a presentarse el Pontiac XP-833 Banshee Coupé, pero no llego a ver la luz del día: horas antes, los altos directivos de General Motors lo vieron como demasiada competencia interna para la niña bonita, el Chevrolet Corvette.
Un prototipo muy avanzado a su tiempo, que fue ideado por John Z. Delorean, entonces General Manager de Pontiac, y tras su exilio de GM, creador del Delorean DMC-12. Su forma recordaba a las botellas de Coca-Cola, un capó largo, musculoso y abultado daba lugar a un habitáculo biplaza que terminaba en una zaga corta y abrupta. Curiosamente, su carrocería es de fibra de vidrio, y aunque se accede al habitáculo por las puertas es posible descubrirlo mediante una curiosa zaga batiente.
Imagino que esta solución se adoptó por tratarse de un prototipo, se ve que había que convertir en un reto acceder al maletero, aunque facilitaba el acceso a las plazas. Los faros delanteros son escamoteables (hoy en día prohibidos por protección al peatón) y las ópticas traseras están camufladas tras unas rejillas de metal. Del habitáculo no hay mucho que resaltar, es bastante convencional con respecto a lo que se estilaba en la época: asientos de cuero, muchos relojes en la instrumentación y la mayor sencillez posible.
Sólo dos unidades fueron producidas, el paradero de una de ellas es desconocido y la otra fue vendida por GM a Bill Killen, uno de los responsables de la marca. El coche, que cuenta con sólo 1.498 millas en el odómetro, fue mantenido por la familia hasta 1999. Desde entonces ha pasado en silencio de manos, entre coleccionistas. Ahora, aparece en eBay. En el momento de escribir este artículo, no se ha alcanzado la reserva y la puja ya supera los 155.00 dólares. A falta de más de un día, es de esperar que la cifra crezca.
El Pontiac XP-833 Banshee Coupé tiene un regusto amargo, al igual que lo tuvo el fracaso comercial de DeLorean Motor Corportation. Por un lado, podría haberse comido a los Ford Mustang, lanzados el mismo año. Por otro lado, aunque no llegó a producirse, GM se vió obligada a lanzar los Chevrolet Camaro y Pontiac Firebird para competir con el pony car de Dearborn. Quizá de haberse hecho caso a DeLorean la historia del automóvil americano se hubiese escrito de otra manera.
Como dato adicional, el prototipo monta un motor de seis cilindros en línea con 155 CV de potencia, acoplado a una caja de cambios manual. En cualquier caso, es un pedazo de historia que se merece estar en un museo, y que puede ser tuyo si eres lo suficientemente acaudalado.
Vía: Born Rich
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