Una de las novedades que Audi muestra en el Salón de París es el Audi e-tron Spyder. Ya se habían filtrado sus primeros bocetos pero ahora ya sabemos qué se esconde bajo su carrocería. Se trata de una vuelta de tuerca más de la “saga” de prototipos e-tron basados en el Audi R8 que la firma ha presentado en los últimos años. En este caso, se basa en el R8 Spyder.
En esta ocasión, la mecánica elegida es de híbrido enchufable con motor diésel. El bloque diésel es un 3.0 TDI biturbo de 300 CV derivado del TDI de 240 CV presente en varios modelos del Grupo VAG. La parte eléctrica viene dada por dos motores eléctricos que desarrollan una potencia conjunta de 87 CV.
El motor térmico está situado en posición central, y los dos propulsores eléctricos van colocados sobre el eje delantero. Esta solución permite un reparto de pesos mucho más equilibrado; de hecho, el e-tron Spyder tiene una distribución de pesos 50:50, que según muchos fabricantes es la ideal (no para Porsche, por ejemplo).
Cuando los tres motores funcionan conjuntamente a pleno rendimiento, entregan 1.002 Nm de par máximo, gracias a lo cual el e-tron Spyder consigue unas prestaciones muy interesantes: acelera de 0 a 100 km/h en 4.4 segundos y alcanza una velocidad máxima de 250 km/h. Como vemos, nada que ver con otros híbridos enchufables, aunque es tan sólo un prototipo.
Tiene una autonomía eléctrica de 50 km para circular a velocidades inferiores a 60 km/h, mientras que la autonomía total es de 1.000 km, por lo que este prototipo soluciona los problemas de autonomía de los eléctricos puros. Y lo más llamativo de todo son los consumos y emisiones: 2.2 l/100 km de gasóleo y 59 g/km de CO2.
No dan mucha información de las baterías, pero es de suponer que serán de litio. Son de pequeño tamaño, puesto que su capacidad es de sólo 9.1 kWh, pero son las encargadas de que el e-tron pueda moverse esos 50 km con electricidad.
La tracción es total quattro con torque vectoring, esto es, cada rueda recibe el par necesario en cada instante para evitar pérdidas de adherencia. En condiciones normales, el 75% del par se transmite al eje trasero y el 25% va al eje delantero, a través de una caja de cambios de doble embrague y siete velocidades.
La carrocería sigue la línea Audi Space Frame (ASF). Está realizada principalmente en aluminio aunque incluye numerosas partes en fibra de carbono que ayudan a reducir el peso y aumentar la rigidez. El peso total del conjunto es de 1.450 kg, que no está nada mal teniendo en cuenta el peso de los componentes eléctricos.
Como decía, está basado en el R8 Spyder pero es notablemente más compacto que éste. Mide 4.06 metros de largo y sólo 1.11 metros de altura, nada que ver con los 4.34 y 1.24 m de altura y anchura del R8 Spyder. Frente a la segunda entrega del e-tron, presentado en el pasado Salón de Detroit, es 13 cm más largo y 3 cm más ancho, pero Audi enfatiza que sus medidas siguen siendo compactas, lo que redunda en una mayor ligereza y una mejor maniobrabilidad del coche.
No merece mucho la pena explayarse en el interior, ya que es meramente conceptual. La mayoría de la información se proyecta en la consola central a través de una pantalla táctil inspirada en la de los smartphones. El conductor puede consultar todas las funciones de infotainment y el estado de los tres motores que mueven al conjunto.
En resumen, el Audi e-tron Spyder es una propuesta más de la marca para el futuro de los deportivos, en este caso vestido con carrocería descapotable. Al igual que los demás e-tron, son sólo coches demostrativos sin ninguna intención inmediata de llevarlos a producción.
Audi e-tron Spyder
Vía: Audi
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