Bajo el interminable nombre que reza el título se encuentra el primer prototipo eléctrico de la historia de Skoda. La firma checa es otra de las marcas que presentará en el Salón de París un prototipo eléctrico basado en una carrocería comercial. El Octavia Green E Line está creado sobre el Skoda Octavia Combi para aprovechar su mayor espacio, necesario para alojar las baterías.
Utiliza un motor eléctrico de 60 kW (81.57 CV) que puede ofercer picos de hasta 85 kW (115.57 CV). Además, su par máximo es de 270 Nm, plenamente disponibles desde el arranque del motor. Las prestaciones son bastante modestas, lastradas en parte por su baja potencia: alcanza los 100 km/h en 12 segundos y tiene una punta de 135 km/h.
Las baterías son de ión-litio, con una capacidad de 26.5 kWh y que permiten hasta 140 km de autonomía (una cifra también modesta). El paquete de baterías, que pesa 315 kg, está situado a lo largo del piso, entre el habitáculo y el maletero. No se pierde espacio en las plazas traseras, pero sí en el maletero, aunque no han cifrado el volumen perdido.
La situación de toda esta aparamenta eléctrica está permanentemente controlada gracias a una serie de indicadores que informan del estado de carga de las baterías, la energía que estas entregan en cada instante o la autonomía restante. Es información interesante, pero nada nuevo bajo el sol, puesto que la mayoría de eléctricos cuentan con esta instrumentación.
Es un prototipo meramente ilustrativo, sin ninguna intención inmediata de comercialización. A lo largo de 2011, Skoda fabricara varias unidades, sin determinar el número exacto, para realizar las convenientes pruebas. En un futuro a medio plazo queda la posibilidad de que en unos pocos años nazca un coche eléctrico de producción derivado del Skoda Octavia Green E Line Concept.
Skoda Octavia Green E Line Concept
Vía: Skoda
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