Ya intuíamos desde hace tiempo que una de las sorpresas que podría tener preparadas Jaguar par el Salón del Automóvil de París podía ser un nuevo y flamante superdeportivo, el colofón perfecto para la celebración de su 75 aniversario. El stand de Jaguar en París lo coronaba una máquina espectacular que nos recuerda mucho a uno de los superdeportivos más deseados y codiciados de los años 90, que durante un tiempo fue incluso el vehículo de producción más rápido sobre la faz de la Tierra.
Desde la vista frontal hasta el lateral con unas gigantescas entradas de aire inferiores el Jaguar C-X75 del que mi compañero Sergio ya os hablaba anteriormente, todos los detalles rememoran al antiguo Jaguar XJ220. A diferencia de éste el nuevo prototipo de Jaguar es algo más corto y aunque se trate de una apuesta que abandona la línea más tradicional del catálogo de Jaguar, no desentonaría ni mucho menos estacionado en los parkings de Mónaco y demás escenarios frecuentados por superdeportivos.
Yo soy de los pocos que opina que la entrada de Jaguar en el capital del emporio de Ratan Tata ha supuesto un paso adelante en lo que a diseño y tecnología se refiere en esta emblemática marca inglesa. Ejercicios de diseño como el de este prototipo de Jaguar C-X75 y sus entresijos mecánicos y tecnologícos (propulsor híbrido con motores eléctricos de autonomía extendida gracias a turbinas de gas) dan fe de ello.
El exótico sistema de apertura de puertas laterales en diagonal (hacia fuera y ligeramente hacia arriba) facilita el acceso a un habitáculo que hace justicia a su condición de prototipo. Superficies iluminadas, plástico y piel en dos tonos. Me ha sorprendido especialmente el grosor de las puertas y lo bien rematados que estaban los perfiles de las puertas de aluminio cromado.
El lado más salvaje de esta máquina se muestra en su trasera. Un inmenso difusor, dos salidas de escape que no sólo sirven para desalojar los pocos humos derivados del trabajo de las microturbinas de gas que se encargan de aumentar la autonomía, sino también de aportar un extra de carga aerodinámica que mejore sus prestaciones en curva.
Por detrás, el Jaguar C-X75 me ha recordado bastante al GTbyCitroën por su voladizo, sus grupos ópticos alargados y el difusor. Unas tremendas llantas de 21” y neumáticos Pirelli creados para la ocasión con el emblema de Jaguar y acentuaciones de color verde chillón, hacen el resto.
De los entresijos mecánicos y de ingeniería del Jaguar C-X75 ya dio debida cuenta mi compañero Sergio. Ahora la pregunta que nos hacemos es si Jaguar se atreverá a comercializar algo tan atrevido y arriesgado como esto. Sobretodo teniendo en cuenta lo difícil que sería obtener rentabilidad de un producto que sería extraordinariamente caro y del que se fabricarían muy pocas unidades.
Feliz 75 aniversario para Jaguar. Y con máquinas como ésta, qué cumplan muchos más.
Jaguar C-X75 Concept en el Salón de París
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