Estamos ante un Ferrari 288 GTO de 1985, preparado por P4 by Norwood, especialistas en la marca italiana. Si ya de por sí el 288 GTO es uno de los grandes, con una buena preparación se podrían hacer maravillas. Y eso es precisamente lo que ha hecho la gente de P4 by Norwood, convertirlo en el Ferrari más rápido del mundo, aunque como veremos después la cosa tiene truco y no es oro todo lo que reluce.
¿Dónde se ha conseguido este récord de velocidad? Pues dónde si no, en los lagos salados de Bonneville, en Utah (EE.UU.). Tras dos sprints y un promedio de ambos, la velocidad del récord se ha detenido en 275.4 mph, o lo que es lo mismo, 443.21 Km/h, por lo que reclaman que ha superado todos los récords ya establecidos con un Ferrari. Siempre que demos por bueno que estamos ante un Ferrari de pleno derecho, claro, porque en sus tripas se esconden sorpresas.
Este Ferrari 288 GTO tan sólo conserva del espíritu de Maranello su carrocería y chasis, ya que prácticamente todo lo demás ha sido modificado. Es más, su corazón original, el motor que le permite alcanzar tremendas velocidades, ha sido transplantado en favor de un big block V8 americano, de procedencia General Motors. ¿Sacrilegio? El fin justifica los medios, o eso dicen, pero entonces lo de “Ferrari más rápido del mundo” habrá que ponerlo en duda.
El motor Chevrolet ha sido profundamente modificado, con sobrealimentación incluida gracias a dos turbocompresores Borg-Warner de elevadas presiones de soplado. Aunque se desconoce con exactitud la potencia final, el resultado asombra: entre 2.000 y 2.500 CV. Por todos es conocido que de estos motores de gran cilindrada se pueden sacar grandes cifras de potencia, y probablemente en este caso esté exprimido al máximo, al no importar demasiado la fiabilidad a medio plazo. Y quizás aquí no acabe la historia: para el futuro, anuncian que intentarán batir las 280 mph.
Vía. Autoblog
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