Este fin de semana recogíamos la última llamada a revisión por parte de Toyota, que afecta a millón y medio de unidades. En los comentarios se ha generado una pequeña controversia por la posible demonización de Toyota a manos de los medios (estadounidenses mayoritariamente) pero hoy traemos un ejemplo de que las llamadas a revisión no entienden de nacionalidades, aunque este caso no es completamente equiparable.
La NHTSA, agencia que vela por el tráfico y la seguridad vial en EEUU, ha alertado que 14 millones de vehículos Ford fueron fabricados un fallo en los interruptores del control crucero, que pueden provocar la filtración de un líquido al dispositivo ABS, dejándolo sin utilidad. En última instancia podría provocar el incendio del vehículo, incluso aunque éste estuviera sin arrancar.
De ese total, la NHTSA calcula que un 40% ya han sido reparados en otras llamadas a revisión anteriores, pero el 60% restante (8.4 millones de unidades) deberá hacerlo inmediatamente. El problema no es de Ford (eso dicen), sino de los dueños, que no han acudido al taller cuando la firma les avisó.
Por tanto, no estamos ante una llamada a revisión completamente nueva, sino que es una especie de recordatorio para todos aquellos propietarios que han hecho caso omiso a las instrucciones de Ford o la NHTSA. Los 8.4 millones recogen rezagados de otros fallos que no tienen que ver con el problema del control de crucero.
Con semejante número de unidades, es lógico pensar que hay muchos modelos afectados. Y tanto que son muchos: hay todo tipo de carrocerías, desde pick-ups como las F-Series a SUVs como el Explorer pasando por monovolúmenes como el Windstar. Los coches afectados han sido fabricados entre 1993 y 2009.
Vía: Autonews
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