La institución alemana ADAC no deja de sorprendernos con nuevos y sorprendentes crash-test, que alteran nuestros esquemas mentales y nos hacen reflexionar sobre la seguridad vial y los métodos de homologación por parte de instituciones como EuroNCAP. Veamos lo que ADAC ha hecho. Se trata de un crash-test frontal entre dos coches, un Peugeot 308 y un Ford Fiesta, un choque que podría suceder en la vida real. Se realiza a 56 km/h y con un solapamiento del 40% entre ambos choques.
En un procedimiento similar a EuroNCAP, se trata de comprobar la integridad estructural y la capacidad de absorción de las partes deformables del chasis de ambos coches. Cabe destacar que ADAC realizó un crash-test entre un Audi Q7 y un Fiat 500 hace unos años, y nos referiremos al mismo pronto. Volviendo al presente, ambos coches se estrellan, y es hora de analizar los resultados entre dos coches con cinco estrellas EuroNCAP. ¿Conseguirán cinco estrellas en un choque entre sí?
Pues a la vista del vídeo no. Y a la vista de las declaraciones de ADAC descubrimos el por qué. Se trata de un problema de compatibilidad, por llamarlo de alguna manera. El problema es que la estructura deformable frontal de ambos coches está a alturas diferentes, y cubre una anchura diferente. Durante el choque, y dejando la velocidad a un lado, lo que ocurre es que dicha estructura no se aprovecha al 100% en ninguno de los dos coches. Por ejemplo, en el 308, está estructura impacta por debajo de su homóloga en el Ford Fiesta.
El resultado es que el habitáculo se ve invadido por el otro vehículo. Aunque el Fiesta sale algo mejor parado, los ocupantes habrían sufrido lesiones igualmente. Salvando las diferencias, lo mismo ocurrió con el Q7 y el 500. Las soluciones propuestas por ADAC pasan por la homologación y la compatibilidad. Se debería trabajar en un estándar para la industria, en el que se definiesen las medidas de estas estructuras, o bien aumentar su tamaño y anchura para evitar problemas como los que hemos visto en el vídeo.
Reflexionando, nos damos cuenta, de que las homologaciones de EuroNCAP son un simple rasero común sobre el que medir como se comportan los coches en caso de un accidente tipo, pero en la vida real cada accidente es un mundo. Se puede optimizar un coche para que se comporte bien en una prueba EuroNCAP, pero mediante el estudio metódico de accidentes reales se puede reforzar la protección real a los ocupantes en mayor medida. Volvo y Mercedes estudian de manera exhaustiva accidentes reales, que sepamos (puede que otras marcas también lo hagan).
Esperemos que esta prueba – que traerá polémica en muchos ámbitos – sirva para que se tome una aproximación diferente a las homologaciones de choque.
Vía: ADAC (en alemán)
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