Es la pregunta que se han realizado los editores de la sección de motor del diario británico The Daily Telegraph. Asi que han conseguido un Ford Model T del año 1915 y se han propuesto un pequeño recorrido de pruebas en el centro de pruebas que Ford tiene en Essex (Reino Unido). Aunque los últimos y más ahorrativos modelos del óvalo – como el Ford Fiesta Econectic – consumen de media sólamente 3.8 l/100 km, el Telegraph quería probar si la sencillez y ligereza (700 kg) del Ford T jugaría en su favor.
Para arrancarlo, giraron la manivela hasta que el motor da señales de vida. Es un 2.9 de cuatro cilindros, que entrega una potencia muy escasa, sólo 20.3 CV. Para conducirlo se requiere un buen proceso de aprendizaje, pues en aquella época los pedales aún no estaban estandarizados. El pedal izquierdo es el acelerador, el central acciona la marcha atrás y el derecho es el freno de servicio. Hay muchas más peculiaridades, como la existencia de sólamente dos marchas o la total ausencia de equipamiento.
Tras hacerse un poco al funcionamiento del coche, se vació su depósito y se cargó con exactamente un galón de gasolina. La idea era extraer el mejor consumo de un coche producido hace 90 años en Estados Unidos. Tras dos horas en las que se admite que la conducción no fue perfecta, el motor comenzó a protestar y pronto se caló, por falta de combustible. El consumo medio logrado fue de 20.4 l/100 km, hoy en día incluso elevado para los superdeportivos más radicales.
El equipo de Ford que mantiene y cuida estos clásicos admite que el consumo podría mejorarse hasta los aproximadamente 14 l/100 km, pero que es muy difícil reducirlo debido a lo ineficiente del motor y la caja de cambios. Los avances en automoción desde luego son apreciables en el consumo de combustible, aunque conviene recordar que en Estados Unidos, durante el año 1971, el consumo medio de la flota de vehículos vendida fue de 21.3 l/100 km, y su potencia media de más de 200 CV.
Vía: Telegraph
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