Hace unos días, unas palabras del siempre polémico Bernie Ecclestone cayeron como losas sobre las cabezas de los equipos que entraron esta temporada en la Fórmula 1. La acusación fue directa, sangrante y quizá excesiva, tal que así: “Hispania, Lotus y Virgin son una vergüenza. Hay que deshacerse de algunos de esos inválidos”. En lugar de quejarse, las tres escuderías se han puesto manos a la obra para evitar ser las cenicientas del Gran Circo.
La primera en reaccionar fue Hispania Racing Team, que a través de su dueño José Ramón Carabante se ha hecho con los servicios de Juan Villalonga, ex presidente de Telefónica, para intentar reflotar la maltrecha economía de la escudería. Su misión inicial será la de encontrar inversores y patrocinadores cuanto antes para poder aspirar a tecnología más avanzada y hacer así sus coches más competitivos.
En el caso de Virgin F1, se han aliado con el incipiente fabricante ruso de deportivos Marussia, que recientemente ha iniciado su andadura comercial. La entrada en el equipo es por todo lo grande, tanto que será rebautizado como Marussia Virgin F1. La consecuencia inmediata de esta alianza es la entrada de dinero contante y sonante a las arcas de la escudería, lo que ayudará también en este caso a crear monoplazas más competitivos.
Pero aparte de esta inyección de liquidez, hay intereses más profundos. La entrada de Marussia en la Fórmula 1 representa un sueño oculto para Rusia: poder contar con su propio equipo en la F1. De momento seguirán utilizando tecnología suministrada por otras empresas pero en un plazo de cuatro años esperan haberse asentado y poder desarrollar sus propios bólidos. Y en un futuro próximo se espera poder contar con Vitaly Petrov para completar el pack ruso del equipo.
La tercera escudería atacada por Ecclestone ha sido Lotus Racing, la más carismática de cuantas entraron este año en la competición. Al proceder de una de las empresas de ingeniería automovilística más punteras, se esperaba que sus resultados deportivos fueran mejores, pero finalmente ha resultado un fiasco. Ya se sabe que en 2011 contarán con motores Renault y transmisión de Red Bull, lo que quizá ayude a mejorar ligeramente las cosas.
Parece que las duras palabras del patrón de la F1 no han caído en saco roto, y los tres equipos han intentado cubrirse las espaldas de una u otra forma. Todas las mejoras son bien recibidas, aunque aún está por ver si realmente surtirán efecto o se quedarán tan sólo en medidas efectistas.
Vía: Marca | TheF1 | PistonHeads
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