Ya es demasiado tarde, el veneno se ha extendido por todo mi organismo y no hay antídoto que valga, así que será mejor que me apresure en escribir mis memorias. La culpa es de una de las víboras más mortales del planeta, alimentado a mano por el criador tejano Carroll Shelby, os presento al Shelby Mustang GT500 que en lugar de colmillos tiene ocho cilindros dispuestos a quemar toxina de 98 octanos a ritmos que podrían desmayar al europeo más valeroso.
Pocos son los ejemplares de Ford Mustang que pueden verse por nuestros lares, pero si restringimos la búsqueda al deseado GT500, el nivel de exclusividad se dispara hasta niveles astronómicos. No os voy a contar nada nuevo cuando digo que es un verdadero giracabezas y al circular con él por cualquier sitio no sólo te sientes observado, sino que de hecho todo el mundo te mira, así que quienes tengáis uno en mente más os vale que os arméis de paciencia para contestar las preguntas de las hordas de curiosos.
El músculo a flor de piel
Como todo buen muscle car, el diseño del GT500 es contundente, pintado en azul con las rayas de guerra características este gigante de la potencia enamora a primera vista. El frontal, ahora más afilado que en anteriores versiones, resulta más agradable a la vista y hace gala de un símbolo que veremos repetido en numerosas posiciones a lo largo del coche, la cobra de todos los coches firmados por Shelby. En esta versión 2010 es la primera vez que el reptil se sitúa en el lado del acompañante, una decisión que viene movida por el rendimiento, ya que así se optimiza el flujo de aire hacia el filtro.
La rejilla está dividida en dos segmentos, ambos con un diseño de diamante en plástico negro mate y la inferior se encuentra flanqueada por los faros antiniebla. La parrilla inferior se encuentra desplazada hacia delante para hacer hueco al sistema de refrigeración necesario para apagar los calores de esta bestia. Más abajo sólo nos encontramos el splitter a escasa distancia del suelo.
De camino hacia el lateral podemos apreciar la entrada de aire presente en el capó, que a diferencia de en otros modelos es completamente funcional y necesaria, no debemos de olvidar que debajo de ella laten 540 CV desbocados. El perfil es muy dinámico, el coche parece en movimiento incluso antes de arrancar y las llantas de 19 pulgadas en color titanio calzan neumáticos Goodyear Eagle F1 Supercar. Estas gomas lucen unas medidas de 255/40 para el eje delantero y aumentando el ancho con un menor perfil para el eje trasero que propulsa al coche, aquí nos encontramos con unas dimensiones de 285/35.
La caida hacia la zaga de esta carrocería coupé recuerda a la de los míticos Mustang Fastback, desembocando finalmente en un alerón que incluye un flap de Gurney, que reduce el cociente aerodinámico. El maletero tiene la boca de carga alta y un poco estrecha, pero seguro que esto no será inconveniente, ya que en este caso nos interesa más lo lleno que se encuentra el morro que el hueco bajo el porton trasero. En dicho portón nos encontramos un escudo que es toda una declaración de intenciones, además de ser el único punto del exterior en el que aparece la palabra Ford, en él se encuentra una vez más la cobra rodeada por el nombre del coche y las iniciales SVT, Special Vehicle Team, que designa al equipo encargado de preparar los modelos más potentes y exclusivos del fabricante del óvalo.
Interior altamente personalizable
Antes de introducirnos en nuestra posición de conducción, en la parte inferior nos volvemos a encontrar con las iniciales SVT. Los asientos lucen cuero negro con rayas blancas a juego con el exterior en las cuatro plazas de las que dispone el coche. En el caso de los delanteros nos disponemos de operación eléctrica y unos laterales forrados en Alcantara que recogen de forma consistente e impiden que salgamos despedidos en las curvas de una manera. Las dos plazas posteriores disponen de un espacio suficiente para sentar a sendos adultos de forma relativamente cómoda, en pocos coches de esta potencia disponemos de esta comodidad.
El diseño del salpicadero es atrevido con lineas angulares y de una calidad que no hace justicia a la mala fama que tienen este tipo de coches americanos. Los plásticos son de una consistencia más que aceptable y el motivo de lunares que presenta la zona central del salpicadero resulta agradable a la vista. El pedalier deportivo tiene una buena distancia entre pedales, estando el acelerador a una distancia del freno apropiada para hacer la maniobra de punta-tacón, pero con la separación suficiente para que no accionemos los dos a la vez de forma accidental.
Para el volante multifunción se ha optado por la combinación de dos materiales, cuero y Alcantara, encontrándose este último en las zonas donde normalmente descansarán nuestras manos proporcionando un mayor agarre de agradecer en ciertas situaciones. Detrás del volante y en nuestra linea de visión el cuadro de mandos nos brinda dos relojes principales, el izquierdo ilustra la velocidad en millas en el aro exterior y kilómetros en el interior, mientras que el derecho muestra la velocidad de giro del motor. Entre ellos nos encontramos las agujas indicadoras del nivel de combustible, temperaturas de agua y aceite y por último la presión del compresor volumétrico con tope en 15 PSI.
El sistema multimedia dispone de una pantalla central y permite su control mediante la voz, que sorprendentemente obedece a órdenes en castellano. En esta misma pantalla se nos ofrecerá además de la información de la radio o música que escuchamos, los mapas del navegador GPS y demás opciones de configuración del coche. Hablando de configuración, uno de los elementos más sorprendentes es la capacidad de cambiar el color del cuadro de mandos y agujas del mismo de forma independiente, además de poder cambiar el color de la luz que alumbra los pedales y otros huecos iluminados distribuidos por todo el coche.
Terminemos el suplicio por hoy y aprovecho la ocasión para quedar con vosotros mañana a la misma hora en el mismo canal, para hablar del comportamiento dinámico de este excepcional coche. Ahora la ducha fría os espera.
(*) Actualización 24/11/2010: añadimos un pequeño vídeo con el arranque y la aceleración del Shelby GT500.
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Shelby Mustang GT500 2010
Imágenes: Iván Palleiro
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