Quien todavía esté pensando que el Porsche Cayenne ha sido un fracaso para la firma de Stuttgart, mejor que no siga leyendo. El comienzo de la comercialización de la nueva generación de este SUV ha sido uno de los principales responsables de que los beneficios de la marca hayan aumentado casi ocho veces más en el tercer trimestre del año frente al mismo período de 2009.
En esos tres meses se han entregado un total de 10.292 unidades del Porsche Cayenne, a las que hay que sumar 5.778 unidades del Porsche Panamera. El SUV, y en menor medida el cuatro puertas, son los dos modelos que mayor éxito comercial acaparan, aunque precisamente sean los peor vistos por los más puristas de Porsche. No creo que a ninguno de ellos les haga gracia, aunque deben entender que son imprescindibles para la estabilidad económica de la marca.
Otra cifra digna de citar para hacernos una idea de la gran importancia de ambos modelos es el gran volumen de facturación que han conseguido una vez que se han asentado en el mercado: la cifra asciende un 80.3% frente al mismo período del año anterior para situarse en los 2.080 millones de euros. Esto se ve directamente relacionado con el 80% de incremento de ventas que han conseguido.
El beneficio ha pasado de 52 millones a 395 millones de euros que, como decía antes, supone multiplicar casi por ocho esa cifra. Son, sin duda, excelentes noticias para la marca, que en los últimos dos años se había tambaleado peligrosamente después de que fracasara su intento de comprar Volkswagen. La situación fue tan crítica que finalmente se convirtió en el cazador cazado.
Para el futuro las previsiones son optimistas puesto que pretenden mantener la tendencia alcista de los últimos meses en cuanto a ventas y beneficios. En los próximos años pretenden seguir un “crecimiento con beneficios”, lo que les permitirá mantener una elevada autonomía frente a su casa matriz.
Vía: Bloomberg
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