Nunca entenderé algunas acciones publicitarias. Recuerdo que hace tiempo una radio finlandesa decidió tirar un Porsche Boxster desde 30 metros de altura, una maniobra publicitaria amparada en un concurso que como podéis notar, no comparto en absoluto. Me temo que en esta tarde de domingo, hay más de lo mismo. En este caso, la empresa anunciante es Pace Butler Office, un negocio estadounidense que se dedica a comprar teléfonos móviles usados para su reciclaje o reventa.
Aunque su negocio es muy loable, no lo es su publicidad. Lo que han hecho es estacionar frente a su sede un Chevrolet Camaro perfectamente válido y lanzarle desde una altura considerable una caja rellena con 700 kg de teléfonos móviles inservibles. Esta caja cae sobre el Chevrolet Camaro y bueno… el resultado es predecible. Tras el salto lo podéis comprobar, pero es equivalente a tirar 700 kg de cualquier material sobre un coche. La compañía alega que el coche no podía circular.
Alegan que no podía circular, pero se ve rodando por su propio pie hasta la oficina y está en buen estado exterior. Una verdadera pena. Se comenta que tras esta experiencia uno de los empleados lo compró para piezas – lo poco que queda del Camaro – y que antes de ser destruido pertenecía a alguien de la empresa, pues aparece aún aparcado en buen estado según Google Street View. Estos actos publicitarios no cesarán, pero me parecen realmente una falta de respeto al automóvil.
Vía: Autoblog
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