Un concesionario vende un Renault Mégane RS de esta generación con 310 CV de potencia. Sí, habéis leído bien, no 250 CV como trae de serie sino 60 CV de más. Todo se debe a Kerkhof & Visscher, un concesionario holandés que tiene el honor de ser el primer concesionario que vendió automóviles Renault fuera de Francia.
Su división E-Motions ha creado para los holandeses, y tristemente sólo para los holandeses, el Mégane RS Extreme. No solamente por contar con 310 CV es un Mégane RS diferente a los demás sino porque viene cargado con numerosas mejoras en el chasis, unos frenos que pueden alcanzar la etiqueta de “competición” o un interior que es sumamente personalizable en tapizados y colores.
Las llantas de 18” que véis en las fotografías son de magnesio en lugar de aleación de aluminio y eso significa que, a igualdad de diseño y de resistencia, pesan 40 Kg menos. Por detrás de ellas van unos frenos de tipo Brembo con pastillas Ferodo y, opcionalmente, se pueden incorporar los “señores” frenos del Mégane Trophy). Suspensiones y amortiguaciones son revisadas para ganar dinamismo, un aspecto visual más deportivo y 3 cm de menos en altura con respecto al suelo.
Las opciones son más amplias e incluyen hacer desaparecer toda la parte trasera para quitar del medio cerca de 110 Kg más y convertir el Mégane RS en aquel compacto rabioso llamado R.26. Finalmente para sacar esos 60 CV extra del motor turbo de 2.0 litros han “tirado” de una reprogramación de la centralita y de un nuevo escape de acero inoxidable. Además de ofrecer 310 CV su par máximo asciende desde los 340 hasta los 400 Nm.
Son casi 1.000 euros por el aumento de potencia completo, cerca de 500 euros por las suspensiones, cerca de 700 euros por la mejora de las suspensiones y falta sumar lo que cuesten las llantas de aleación. Es un extra que deja al “Renault Sport” con mucho picante. Lástima que sólo se venda en Holanda.
Vía: Autoweek
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