Ayer os dejamos con la miel en los labios, pero hoy ya vamos a terminar esta prueba de contacto con el Renault Latitude. Antes de encender el motor repasemos los puntos principales de nuestro artículo de ayer. En primer lugar, el Renault Latitude es un coche muy cómodo, orientado abiertamente al confort y placer de conducción. En segundo lugar, no pretende ser un premium ni reemplazar al Vel Satis (el reemplazo del Vel Satis está en camino) y completa la gama de berlinas junto al Laguna.
Basado en el Samsung SM5, la unidad que he podido conducir estaba equipada con el motor 3.0 V6 dCi, que nada tiene que ver con el bloque de idéntica cilindrada que montaba el Vel Satis. Este nuevo bloque ha sido desarrollado recientemente por la Alianza Renault-Nissan y ya lo montan coches como el Nissan Pathfinder o el Renault Laguna Coupé. Con sus 2.993 cc de cubicaje y gracias a un turbocompresor de geometría variable desarrolla nada menos que 241 CV a sólamente 3.750 rpm.
Su par máximo es de 450 Nm a 1.500 rpm. En su cilindrada y banda de potencia, los 3.0 V6 del Grupo Volkswagen y Mercedes-Benz desarrollan por norma general bastante más par motor. El propulsor va montado en posición delantera transversal, descansando sobre el eje delantero, al que propulsa. El motor va acoplado a una caja de cambios automática de seis relaciones con convertidor de par. Los desarrollos son bastante largos, destinados a mantener consumos bajos en cruceros por autopista.
Curiosamente, la relación de compresión de este propulsor es de sólamente 15.5:1, lo que debería limitar mucho las vibraciones del propulsor y otorgarle un funcionamiento suave, al menos de manera teórica. El Renault Latitude es un coche relativamente ligero con este propulsor, pesa 1.730 kg, lo que viene a ser bastante menos que sus rivales. Sus prestaciones son modestas para su potencia: acelera de 0 a 100 km/h en 7.6 segundos y su velocidad punta es de 235 km/h.
Los consumos homologados son correctos, la media es de 7.2 l/100 km, en ciudad la cifra asciende a 10.0 l/100 km y en carretera desciende a 5.7 l/100 km. Con unas emisiones de CO2 de 188 g/km, el Latitude paga el 9.75% de Impuesto de Matriculación, quedándose casi a las puertas del 14.75%. El esquema de suspensiones de Latitude es propio de una berlina europea, tiene un esquema McPherson delantero y un tren trasero independiente por paralelogramo deformable que ha sido diseñado por Nissan con Europa en mente.
El equipo de frenos es correcto, con discos ventilados de 320 mm en el eje delantero y discos de 300 mm en el eje trasero. La unidad de pruebas calza neumáticos Continental ContiSportContact 3 – los mismos que calza un Mini Cooper S – de medidas 235/45 R18, exactamente las mismas que un Peugeot RCZ del que pronto os ofreceremos una prueba. Su autonomía ronda los 1.000 km gracias a un depósito de 70 litros de gasóleo, cerca de 90€ para repostarlo al completo.
Al volante del Latitude
Arranco el propulsor mediante un botón y se pone en marcha muy rápidamente. Al ralentí deja notar su carácter turbodiésel, pero las vibraciones que transmite al pasaje son muy discretas. Pongo la palanca del cambio automático en D y arranco. El motor aumenta algo más su sonoridad, que en general sigue siendo contenida y molesta poco, aunque si he de ser sincero, esperaba que fuese algo más silencioso. De lo que no tengo queja alguna es de la suavidad y buen hacer del cambio automático.
Aunque tenga un resbalamiento bastante alto, la suavidad es su mayor virtud. Los cambios de marcha son prácticamente imperceptibles. Si estamos haciendo una aceleración fuerte el motor responde muy rápidamente al kick-down, bajando hasta dos marchas de golpe. Los cambios de marcha son bastante rápidos si necesitamos que así lo sean, por ejemplo cuando nos incorporamos a una autopista acelerando a fondo. Me he llevado muy buena impresión de esta caja de cambios.
Con el motor V6 dCi Renault no ofrece caja de cambios manual. Me dispongo a realizar una pequeña ruta por los alrededores de Cascais. Pongo el ionizador de aire en modo “Relax”, un poco de masaje en el asiento y empiezo a surcar unas carreteras paradisiacas junto a una costa casi virgen. En el habitáculo, una vez el motor gira a una velocidad constante, todo es silencio y bienestar. El Latitude se ha diseñado con el confort en mente y os puedo asegurar que es un coche muy confortable.
La suspensión filtra todas las irregularidades, y sólo las verdaderamente irregulares se dejan sentir en el habitáculo. La función de masaje es interesante durante unos minutos, pero al poco tiempo la termino por desactivar. Como mencioné en la primera parte, los ajustes de los materiales son buenos en general, pero al pasar por algunos baches las molduras decorativas de la consola central crujían de manera algo molesta. La apacible carretera junto al mar desemboca en una revirada carretera de montaña.
Justo lo que necesitaba para exprimir el chasis del Latitude. Piso a fondo desde unos 50 km/h y el motor mantiene el empuje hasta más allá de las 4.500 rpm, dejándome pegado al asiento. Llegan las curvas y freno, la mordida es precisa y fácil de dosificar, aunque el tacto del pedal es algo esponjoso: lógico, pues tampoco es un coche hecho para una conducción exigente. En cuanto afronto las curvas noto que los balanceos de la suspensión son bastante acusados y que los pétalos de la banqueta no me sostienen.
Termino agarrado al volante reduciendo el ritmo. Dicho sea de paso, aunque tengamos la sensación de flaneo, los neumáticos no llegan a protestar y en todo momento había un control efectivo del vehículo. Mi carretera de pruebas pasa por una horquilla pronunciada. Aprieto algo más hasta que las gomas empiezan a hablarme, en un subviraje muy suave que no resulta en pérdida de control siquiera soltando de golpe el acelerador en apoyo, a una velocidad moderada. El Latitude tiene una respuesta muy segura.
Es curioso que en dichos momentos, la suspensión pierde el carácter blando del primer tramo de su recorrido y se vuelve más firme, como si tuviese una interesante doble personalidad. En cuanto a consumos, poco se puede extraer de una toma de contacto de poco más de una hora, pero la media del recorrido ha sido de 9.1 l/100 km, muy correcta dado el tipo de conducción efectuada en la zona de montaña, pruebas de aceleración, etc.
El precio de nuestra unidad de pruebas (3.0 V6 dCi Initiale) en España será de 39.400€.
Renault Latitude, presentación y prueba en Portugal
En Diariomotor: Renault Latitude, presentación y prueba en Portugal (I) | Renault Latitude, equipamiento y motores para España