Ayer comenzamos con la primera parte de la prueba del Volkswagen Scirocco R de 265 CV, analizando el diseño exterior y comentando que el diseño interior era demasiado conservador para lo que esperábamos. Sin embargo, aunque sea algo “soso”, es sobrio y con materiales de calidad. Algo que, en los modelos de la competencia como el Focus RS o el Megane RS brilla por su ausencia.
Los asientos son idénticos, pero en esta ocasión cuentan con el logotipo ‘R’ integrado en los reposacabezas delanteros. Los de nuestra unidad de pruebas iban tapizados en cuero (son opcionales por 2.540 €), pero si vives por el sur de España, te recomiendo que no los instales si no quieres bajarte con la espalda humedecida por sudor en verano. Además desde hace poco, se puede optar por solicitar asientos tipo bacquet por 3.225 €, mejores que los estándar.
La posición de conducción puede ser bastante baja y por tanto muy deportiva. Además el volante, regulable en altura y profundidad permite una correcta adaptación a cada conductor… el único “pero” se lo ponemos al cinturón de seguridad, emplazado demasiado atrás por lo que queda un tanto lejos de nuestra mano.
Las aplicaciones de la consola del salpicadero, junto a la pantalla táctil, pasan a ser de color negro brillante, a juego con los espejos retrovisores o la parrilla delantera. Estas mismas aplicaciones también han sido instaladas en el volante, los tiradores de las puertas o el pomo de la palanca de cambios.
El volante es idéntico al que estrenó el Volkswagen Golf GTI de la actual generación, aunque con costuras grises en lugar de rojas. Tiene la parte inferior achatada – donde también está el logotipo R -, e incluye levas de cambio y botones multifunción con los que manejar el sistema de radio o el teléfono móvil.
El cuadro de instrumentos es similar al del Golf R, con agujas de color azul, iluminación blanca y un velocímetro que sube hasta 300 km/h, en lugar de hacerlo hasta 280 como es costumbre en el resto de vehículos de la marca. Por último, el pedalier es de aluminio.
Las plazas traseras están formadas por dos asientos individuales, prácticas pero incómodas a la hora de afrontar largos viajes, en parte por la dura suspensión, aunque esté seleccionada en modo confort.
Entre los elementos que incluye el Scirocco R de serie, destacan las luces bi-xenón con el útil asistente dinámico en curva para cuando se circula en carreteras de montaña durante la noche, luces y parabrisas automatizados o radio CD-MP3 con pantalla táctil.
El motor del GTI, potenciado hasta los 265 CV
El motor no es el mismo 2 litros turbo que monta el actual GTI (de código interno EA 118), sino que se ha empleado el viejo EA 113 de la anterior generación potenciado hasta alcanzar los 265 caballos. Es el mismo que el del Audi S3, el Seat León Cupra R o el Golf R – este último tiene 6 CV más que los que ofrece el Scirocco R, por pura cuestión de marketing, para primar al Golf de mayor supremacía -.
Pesa sólo 152 kilos y, para mejorar la fiabilidad del motor, hay varios cambios: se ha reforzado el bloque de cilindros y los pistones, se han introducido nuevos inyectores, nuevos árboles de levas, nuevo intercooler y un nuevo turbo que sopla a una presión de 1.2 bares con enfriamiento del aire de admisión.
Este motor sobrepasa los 132 CV por litro de cilindrada, potencia que hasta hace más de una década era propia de grandes deportivos al alcance de muy pocos, y que ahora, por algo más de 35.000 €, queda al alcance de muchos bolsillos.
El Scirocco de estas letras contaba con el magnífico cambio DSG de doble embrague y 6 velocidades que lo hace ser aún más suave – en el paso de una marcha a otra – y rápido: el sprint de 0 a 100 km/h lo clava en tan sólo 5.8 segundos (6 segundos en la versión con cambio manual).
En esencia el motor es el mismo que el del Golf R, pero a diferencia de éste, el Scirocco es tracción delantera, mientras que el Golf tiene tracción total con embrague de tipo Haldex. Por eso, puesto que no tiene tracción total, es ligeramente más lento que el Golf R (0-100 en 5.5 segundos para el DSG). Por su parte, el motor tiene un par máximo de 350 Nm comprendido entre 2.500 y 5.000 rpm.
Se ha introducido el diferencial electrónico de deslizamiento limitado XDS, presentado por primera vez en el Golf GTI. El XDS es una ampliación del ESP, que actúa como bloqueo de diferencial para reducir el sobreviraje en curvas rápidas y eliminar así cualquier pérdida de tracción.
He de reconocer que el XDS nunca me ha gustado ya que, al tratar de repartir la potencia, se produce un retraso momentáneo de forma artificial a la salida de curva. Si en lugar del XDS, se hubiese usado un diferencial de verdad, ¡otro gallo cantaría!… y este vehículo sería una auténtica maravilla.
Por otro lado, los consumos oficiales de la marca son idénticos que los del Golf R, con un promedio de 8.5 litros/100 km pero que, en la vida real, suelen estar próximos a 9.5-10 litros cada 100 km.
Permaneced atentos, mañana finalizamos la prueba con la parte más interesante, para ver qué tal se comporta en carretera: si es convincente o, por el contrario, sólo una bomba de humo.
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Volkswagen Scirocco R, a prueba
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