Si tuviera que escoger al modelo que por su concepción, clientela y uso más común tendría más posibilidades de convertirse en el vehículo eléctrico que consiguiese de verdad cautivar al público general, ese sería el smart electric drive. Después de una fugaz toma de contacto ya pude constatar que sin duda era el más suave, confortable y agradable en ciudad de cuantos smart se hayan fabricado (gasolina, gasolina con parada y arranque y diésel).
Sin duda su mayor defecto estaba en la autonomía. Está claro que un smart siempre está pensado para un uso en pequeños trayectos urbanos, pero siempre sería imprescindible contar con una autonomía holgada que permitiese ciertas incursiones en carretera, aún estando limitado a 100 km/h. Por si no fuera poco el modo de recarga rápida-lenta con que contaba necesitaba más de 4 horas para recargar las baterías del 20% hasta el 80% de su carga total.
Hasta ahora el smart electric drive era capaz de conseguir una autonomía máxima de hasta 135 km en ciclo normalizado europeo y en unas condiciones “ideales”. Pero Mercedes-Benz ya ha anunciado que el próximo smart electric drive que llegará a la calle en 2011 habrá visto aumentada su autonomía máxima hasta los 200 km, lo que definitivamente le acercaría a ser en el 99% de los casos una alternativa adecuada de los smart fortwo de gasolina y diésel.
Por si no fuera poco Mercedes-Benz adelanta que con su nueva tecnología podrían conseguir que la autonomía del actual Clase A E-Cell se extendiese hasta los 380 km con una única recarga. Es probable que en este caso esta tecnología no la veamos hasta dentro de unos años en las generaciones venideras de Clase A y Clase B.
¿Estamos más cerca del eléctrico definitivo que por fin se adapte por completo a las necesidades del público general? Parece que sí.
Vía: El Mundo | Motorpasión
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