El título y la foto inicial dejan bien claro de qué hablamos, pero pongámonos en situación. Es sábado por la mañana y una familia feliz decide poner rumbo a su casa de fin de semana para realizar esas pequeñas obras de puesta a punto que tan comunes son. Hoy toca pintar, y por ello se han pasado por la tienda de bricolaje de turno a comprar el material necesario.
Llega el momento de cargar los botes de pintura en el coche. ¿Qué haríamos la mayoría? Pues posarlos en el maletero sin mucho cuidado, o al menos con una inmovilización mínima para que no bailen en las curvas. Generalmente no suele pasar nada grave salvo que se abra accidentalmente algún bote como consecuencia de golpear con otros objetos, pero la fotografía superior muestra qué pasa si sufrimos un accidente de tráfico.
La familia entera, que viajaba en un Fiat Palio por algún de Sudáfrica, acabó completamente bañada en pintura, ya que los botes reventaron como consecuencia del impacto. Afortunadamente, el accidente no fue muy aparatoso; las personas implicadas sufrieron daños leves y los coches son recuperables, pero el Palio va a tener que pasar una buena temporada a remojo para eliminar toda la pintura que adorna su habitáculo.
La moraleja es fácil de deducir: si vas a transportar objetos que van a deslizarse por el maletero y suponen un riesgo, hay que asegurar correctamente su inmovilización. Al final pasa lo de siempre, que casi nadie repara en estas recomendaciones hasta que ocurre una desgracia.
Esto es lo que pasa si llevamos botes de pintura sueltos
Vía: CarScoop | WreckedExotics
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