Echamos la vista atrás y retrocedemos a 1988. Peugeot vive una de sus épocas doradas en el automovilismo y está dispuesto a demostrar de qué son capaces y hasta donde llegarán los superdeportivos del futuro, nuestro presente. Hace ya más de 20 años Peugeot presentaba el Oxia Concept, un prototipo que para nada hubiera desentonado entre muchos superdeportivos de mediados de los años 90. Pero lógicamente jamás llegó a fabricarse en serie por lo alejado que se encontraba de los intereses comerciales de la marca gala.
El Peugeot Oxia Concept es un deportivo biplaza con motor trasero central. Un motor que por cierto es compacto, con apenas 2.849 cm3, “sólo” tiene 6 cilindros en V y está sobrealimentado mediante dos turbocompresores para desarrollar 680 CV a 8.200 rpm. En fin, una mecánica que al menos con estas premisas se adaptaría perfectamente al auge actual de motores pequeños (downsizing) sobrealimentados para ahorrar unos gramos de CO2 en las emisiones y unos litros de gasolina en los consumos.
Probablemente lo más sorprendente del Peugeot Oxia Concept esté en sus proporciones. Tan sólo mide 4.61 metros de longitud, 2.02 de ancho y sobretodo lo más impresionante son sus escasos 1.13 metros de altura que le confieren esa apariencia de deportivo aplanado. La razón de ser de su escasa altura es el trabajo aerodinámico que aplicaron los ingenieros y que lo culminaron con un alerón activo que oscilaba en función de la velocidad para ofrecer mayor o menor carga aerodinámica.
También llama la atención su gigantesca luna frontal con los retrovisores en la parte superior. Peugeot diseñó una carrocería extremadamente ligera en la que emplearon fibra de carbono, Kevlar y Epoxy, materiales que en la actualidad se han convertido en algo imprescindible en cualquier superdeportivo que se precie.
Por dentro la tecnología era bastante avanzada para la época. Contaba con un teléfono a bordo y un equipo de comunicación montado en un PC de la época con su pantalla LCD y los periféricos imprescindibles. Entre otras cosas este PC se encargaba de la climatización del habitáculo y funcionaba gracias a 18 células solares instaladas sobre la luneta frontal.
Vía: Peugeot
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