Hoy echamos la vista atrás y nos fijamos en el Dodge Hemi Charger Concept de 1964. Sin ver las fotos y eliminando la palabra Concept, alguien que no esté puesto en el tema podría pensar que se trata de un Dodge Charger “cualquiera” de los muchos que poblaban la geografía estadounidense. Sin embargo, más de uno se habrá dado cuenta que en ese año aún no existía un Dodge Charger de producción.
Efectivamente, este prototipo es el primer modelo de la firma del carnero en llevar el apelativo Charger. Fue desarrollado por la marca sobre la base del Dodge Polara, con el que comparte ciertos rasgos estéticos. Sin embargo, se trata de un prototipo único con detalles que por aquel entonces debían ser completamente revolucionarios, como la escasa altura o la cuidada aerodinámica. Elementos como la enorme apertura del capó, la pequeña altura de los cristales o las salidas de escape laterales aún son sorprendentes hoy en día.
Bajo una apariencia atractiva y sugerente nos encontramos un motor a la altura de lo esperado. Tal y como dice su nombre, incorpora un motor HEMI de 7.0 litros V8 de competición, que se corresponden con uno de la primera serie de 15 motores HEMI fabricados para este menester. Aunque no se conoce la cifra concreta, su potencia supera los 600 CV y la fuerza es transmitida a las ruedas traseras a través de una caja de cambios automática de tres velocidades.
Este vehículo ha sido noticia recientemente puesto que la casa de subastas RM Auctions va a subastarlo el próximo 20 de enero en un evento celebrado en Arizona (EEUU). El dueño ha decidido ponerlo a la venta después de haberlo sometido a una completa restauración llevada a cabo por Fran Roxas. Como se aprecia en las fotos, el trabajo realizado por esta persona es encomiable, aunque hay que reconocer que las fotografías tienen buena culpa de ello. Sin duda, un coche espectacular como pocos.
El vehículo está mimado hasta niveles insultantes, ya que se encuentra en un local especialmente preparado, con una atmósfera específica para que el paso del tiempo haga el mínimo efecto posible en sus bellas formas. La cosa puede que cambie cuando pase a manos de su nuevo dueño en unos días; se estima que su valor de venta superará ampliamente el millón de dólares, una cifra nada descabellada para un coche que podemos tildar como único, precursor de una leyenda que aún hoy sigue viva (aunque sea con carrocería de cinco puertas).
Vía: CarScoop
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