Ayer se conocieron dos acciones cruciales para el futuro próximo de dos de las fábricas de coches más importantes de España. Renault y Citroën están preparando cambios para el futuro de sus plantas de ensamblaje en Palencia y Vigo respectivamente, aunque el signo es muy diferente en cada uno de los dos casos. Como se suele decir, empecemos primero por la noticia buena.
Renault ha anunciado que la demanda del Mégane es tal que se verá obligada a aumentar la producción diaria de su planta en Villamuriel de Cerrato (Palencia). Actualmente salen de la cadena 1.040 unidades pero van aumentar esta cifra hasta las 1.140 unidades. Obviamente, esto implica un aumento de el número de empleados; concretamaente se contratarán 200 nuevos trabajadores que ayuden a cubrir la demanda prevista para estos próximos meses.
Este incremento de plantilla, que lo más lógico es que sea temporal, hará que el número de empleados de la planta ascienda por encima de las 3.200 personas. Los nuevos contratados estarán destinados principalmente a reforzar los turnos nocturnos, que es donde existe mayor flexibilidad actualmente para aumentar la producción.
Pasamos ahora a la noticia menos buena, que tiene que ver con el ERE que Citroën está ultimando en su planta de Vigo, donde trabajan más de 7.500 empleados. Durante las últimas semanas, empresa y sindicatos han estado negociando este ERE temporal, que en principio iba a afectar a la práctica totalidad de la plantilla. Finalmente, la situación no será tan dura ya que en 2011 y en 2012 afectará a mucha menos gente.
Este ERE será aplicado entre el 1 de marzo de 2011 y el 31 de diciembre de 2012. A lo largo de este año el número de trabajadores afectados puede variar entre 430 y 880 en función del número de días (11 o 20) que se paralice la producción de los monovolúmenes C4 Picasso y C4 Grand Picasso. En un principio, Citroën pretendía que ese parón fuera de 51 días pero finalmente se ha conseguido que sea inferior a costa de rebajar la producción horaria de 45 a 36 coches a partir de febrero.
El objetivo es ajustar el número de horas trabajadas de las dos líneas de montaje existentes (la de monovolúmenes y la de comerciales). En 2011 los empleados de la segunda línea trabajarán 11 días menos mientras que en el segundo caso trabajarán 6 días más. Los sindicatos aseguran que aún faltan cosas que negociar y creen que los empleados que sobren en la cadena de monovolúmenes podrían ser desplazados a la otra cadena para cubrir los descansos.
Como vemos, esta es la cara y la cruz de la industria automovilística. Mientras que Renault tiene que ampliar plantilla para cubrir la demanda, los sindicatos de la planta de Citroën se ven obligados a batallar con la marca para evitar despidos o EREs temporales excesivos teniendo en cuenta que hay un exceso de producción actualmente.
Vía: Europa Press (I y II)
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