De vez en cuando los aficionados al automóvil tenemos que contemplar historias que nos encogen el corazón. Hoy nos vamos a Japón de la mano de los editores de 7Tune, un blog muy recomendable sobre la escena tuning en el país del sol naciente. Se salen de la tónica habitual, pues gracias a un amigo – llamado Nick Itoh – han podido comprobar de primera mano el estado en el que se encuentra un precioso Mercedes 300 SL, tras nueve años sin moverse un milímetro del mismo lugar.
Por lo que parece, esta maravilla de la ingeniería y el diseño – nombrado “Sports Car of The 20th Century” por un grupo de los mejores pilotos del mundo, entre ellos Sir Stirling Moss – lleva en mismo garaje de la localidad japonesa de Shizuoka al menos seis años sin moverse. Preguntando a sus vecinos, Nick Itoh descubrió que el 300 SL realmente llevaba tres años más sin rodar y que su dueño es un adinerado coleccionista de Mercedes que parecía haberlo comprado por una importante suma de dinero a principios de la pasada década.
Ni siquiera es un garaje cerrado, pues uno de los laterales da a la calle, así que el coche ha estado expuesto a ciertas inclemencias meteorológicas, principalmente térmicas. Como resultado, la pintura de uno de los deportivos más bonitos jamás creados está francamente deteriorada. Triste y sólo, el peso del Mercedes 300 SL también ha consumido los neumáticos, cuya goma está completamente vulcanizada. Las llantas no son las originales, parecen ser un modelo común, posiblemente de un Mercedes 450 SL.
Aún hay más detalles escabrosos, por ejemplo, saber que el coche sólamente tiene 4.740 millas en el odómetro (su procedencia es estadounidense), equivalentes a poco más de 7.600 km. Fisgando en el interior del vehículo, Adam de 7Tune descubrió que el habitáculo está en perfecto estado e incluso conserva una maleta de color beige. Este accesorio exclusivo de fábrica se montó en muy pocos de los 1.402 Mercedes 300 SL fabricados, lo que incrementa aún más su valor de mercado.
Realmente me indigno ante situaciones así. Es un coche que todos los presentes mimaríamos hasta la saciedad, que alcanza más de 700.000€ en el mercado de clásicos. No entiendo como un coleccionista de Mercedes merece dicho adjetivo, y deja que su 300 SL se pudra lentamente a la intemperie. Por lo pronto, el coche necesitará una reconstrucción de motor y transmisión, pues sus aceites se habrán solidificado y perdido todas sus propiedas lubricantes.
Arrancarlo sólo griparía el motor, causando daños aún mayores. Tras esta limpieza y posible reconstrucción habría que vigilar el óxido en los bajos, pues Japón no es un país precisamente seco. Por último, haría falta un repintado. Una restauración es perfectamente posible, pero es indudablemente cara. Al menos el dueño, podría haber colocado una lona protectora sobre la carrocería. Sobre las llantas originales, esperamos que estén a buen recaudo en un lugar seguro.
Es realmente triste. Por hacer memoria, el Mercedes 300 SL, lanzado en 1954 fue el primer turismo en tener un motor de gasolina con inyección directa de combustible. Sus seis cilindros en línea y tres litros de cilindrada producían 215 CV, suficientes para elevar la velocidad punta a cerca de 250 km/h y ganar automáticamente la calificación de superdeportivo. Su carrocería era de aluminio, el chasis empleaba construcción tubular y por supuesto, tenía “alas de gaviota”.
Difundamos estas imágenes, con suerte el dueño acabará viéndolas y quizá la presión de la comunidad le haga ver lo poco que valora una de las mejores máquinas jamás creadas. O mejor dicho, arte en forma de una máquina.
Vía: 7tune
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