La semana pasada fuimos invitados por Nissan a la presentación nacional del nuevo Micra. Este pequeño utilitario se mantiene como una de las ofertas más competitivas del segmento B, en un tamaño inferior a vehículos como el Peugeot 207. En definitiva, un utilitario en el sentido original de la palabra. La importancia del Micra para Nissan en España es muy alta, pues tradicionalmente ha sido uno de sus modelos más vendidos y que en sus 19 años de historia nacional, acumula 141.000 unidades vendidas.
Es la cuarta generación del Nissan Micra que se pone a la venta, la tercera si hablamos sólo del mercado español. Las diferencias con la anterior generación son claras. En primer lugar es un coche ligeramente más grande pero con 3.78 metros de longitud aún es de los pequeños del segmento B y es más corto que un Peugeot 206 de tres puertas. En segundo lugar, y como es obvio, el diseño. Es un vehículo con un aspecto más racional y más serios y en palabras de la propia marca, “menos polarizante”.
A esto habría que añadir menos femenino, que era el principal destinatario de los vehículos de la generación previa. En este sentido es una vuelta a la primera generación del Micra, que era diferenciador pero bastante comedido. Su diseño no llamará tanto la atención y se reconoce que esto le hará perder seguidores pero también le hará ganar muchos nuevos seguidores. Analicemos un poco más su diseño con la ayuda de dos unidades en diferentes colores, una de exposición y una de pruebas.
ADN Micra
El Nissan Micra mantiene un tamaño más que adecuado para la ciudad, aunque crece con respecto a su predecesor, mide 3.78 metros de largo, 1.67 metros de ancho y 1.52 metros de altura. Su calandra es muy característica y se divide en partes superior e inferior. Las ópticas delanteras eran el rasgo más distintivo del anterior Micra, ahora son más grandes pero quizá menos redondeadas. Aunque es un coche más serio y lógico, tiene un aspecto simpático necesario en un vehículo de su clase.
Un pliegue recorre la carrocería a la altura de las puertas y desemboca en la zaga. De su perfil lateral también debemos destacar la forma en que el pilar C y la superficie acristalada trasera se integran. El resultado es un “techo curvado” que mejora la habitabilidad interior, es beneficioso para la aerodinámica y traza un vínculo claro hacia la anterior generación del Micra. Unas llantas de 15 pulgadas completan junto a una zaga continuista y una gran superficie acristalada un diseño muy pensado para la ciudad.
Nueva plataforma V
Al contrario de lo que ya he leido en algún medio, el Nissan Micra estrena una plataforma completamente nueva. Se denomina V y ha sido desarrollada desde cero con el Micra en mente, aunque podrá sufrir adaptaciones futuras para otros vehículos Nissan y Renault. Es una plataforma más ligera – los vehículos pesan sólo 915 kg en vacío – y rígida, lo que aporta seguridad, una mejor dinámica y consumos muy contenidos, que también se reducen por un cX de sólo 0.33.
El Micra gana confort de conducción, seguridad y agilidad con esta nueva plataforma. Entre otras mejoras, la dirección asistida de este utilitario es completamente eléctrica y permite un radio de giro de sólo 4.5 metros, el mejor de todo el segmento B y una gran baza para la conducción urbana. Su esquema de suspensiones es independiente delantero tipo McPherson y eje rígido trasero por barra de torsión, una solución económica y compacta que permite un mejor aprovechamiento de espacio para el maletero.
Esta plataforma V por el momento sólo admite tracción delantera con motor en posición transversal, y cajas de cambio tanto automáticas como manuales. Los Micra tienen discos de freno delanteros y tambores en el eje trasero, sencillos y baratos. El ABS, el EBD y el control de estabilidad son de serie en toda la gama, como lo son los airbag laterales, frontales y de cortina. Muchos de los cambios se centran también en el habitáculo, que pasaremos a contaros a continuación.
Comodidad y amplitud interior
Con respecto a la generación previa el Nissan Micra goza de un interior notablemente más espacioso. Nissan nos comunica que cuenta con la relación espacio-longitud más favorable de su segmento. Lo cierto es que es un vehículo amplio. La postura de conducción es natural en las plazas delanteras, que son amplias en cuanto a cotas de espacio aunque el asiento es de dimensiones contenidas en lo que a banqueta y respaldo respecta, especialmente si somos de buena talla.
Un detalle importante es que regulando el asiento en altura no vamos a tener problemas de espacio en la zona de la cabeza. La forma de la consola central evita el mismo problema con las rodillas. El volante no es regulable en profundidad, por lo que debemos adaptarnos a este inconveniente. La instrumentación es muy sencilla y de visibilidad sencilla. No tiene indicador para la temperatura del agua, tal y como su predecesor. Una pantalla multifunción muestra datos del ordenador de a bordo.
Nuestra unidad de pruebas era un Tekna Premium, el acabado tope de gama, y por tanto gozábamos del sistema Nissan Connect de infotainment, con GPS y conexiones auxiliares para dispositivos de audio. También teníamos climatizador automático monozona, ayuda al aparcamiento y retrovisores plegables de manera eléctrica. El funcionamiento de todos estos sistemas es intuitivo y especialmente sencillo, estamos en un coche pensado para la ciudad, simple y sin complicaciones.
En cuanto a las calidades interiores. El Micra se fabrica en la India para todo el mundo, y quizá eso pasa factura en cuanto a la terminación interior, que me ha parecido menos vistosa que en el anterior Micra. Todo el salpicadero son plásticos duros, sin excepción. Los ajustes son mejorables, siempre teniendo en cuenta que estamos ante un vehículo barato del segmento B. No da sensación de poca solidez, pero deslucen al coche ligeramente. Hay detalles que se podrían mejorar fácilmente.
Por ejemplo, los tiradores de las puertas en plástico de color plateado harían mucho mejor efecto, o algún acento en plástico de otro color que aporte algo de luminosidad al habitáculo. En cuanto a practicidad, el Micra tiene dos guanteras de buen tamaño, espacio en las puertas para grandes botellas de agua, dos portavasos de tamaño considerable y un hueco bajo el cojín del asiento del acompañante, suficiente para un bolso, y una selección de objetos que puede comprender una cartera o un GPS portátil.
Las plazas traseras son suficiente para dos personas. Tres personas van a ir apretadas. Mi cabeza no roza con el techo – mido 1.83 metros – y el espacio para mis rodillas es suficiente, a pesar de que el ocupante que llevo delante tiene el asiento bastante retraído. El maletero del Micra es uno de los más capaces del segmento B, con 265 litros de capacidad. Este maletero crece hasta los 1.132 si abatimos los asientos traseros, aunque no nos queda una superficie de carga completamente plana.
Mañana nos subimos al Micra, lo conducimos y os contamos todo sobre su nuevo motor 1.2 de 80 CV y las versiones disponibles en el mercado.
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