Hace unos días conocimos que Saab estaba preparando un lavado de cara sobre el 9-3 para desvelarlo en el Salón de Ginebra, aunque desde un principio se sabía que sería muy leve. La marca ya ha hecho oficial este restyling y lo cierto es que estéticamente los cambios son tan nimios que los no entendidos tendrán que fijarse mucho para lograr encontrar diferencias apreciables respecto al modelo tal y como es ahora. El anuncio lo realizaron ayer, aprovechando que se cumplía un año de su independencia de General Motors.
Comencemos analizando su estética. Echando un vistazo al frontal, vemos que el parachoques tiene ahora un diseño algo más deportivo, con unas entradas de aire con rejillas tipo panal de abeja y los faros antinieblas encastrados en una pieza cuyo borde cromado destaca de manera importante. En el lateral, el único cambio es la aparición de nuevos diseños de llantas de 16 y 17 pulgadas, mientras que en la zaga nos encontramos un parachoques ligeramente rediseñado, acompañado de un pequeño alerón en el caso de la carrocería de cuatro puertas.
Los cambios también se aplicarán a la carrocería descapotable, que además viene acompañada con una serie especial denominada Independence Edition. Se trata de una edición limitada a 366 unidades única en cuanto a su estética, debido a la bonita pintura Amber Orange, combinada con unas llantas de 18 pulgadas cromadas de diseño exclusivo. En el interior se diferencia por la tapicería de cuero en color beige y las inserciones en símil de fibra de carbono.
Comunes a todas las carrocerías también son los ligeros retoques realizados en el habitáculo. A primera vista no vemos nada reseñable, pero Saab puntualiza que ahora hay más huecos disponibles. También se han retocado los asientos y, en el caso del acabado Aero, las inserciones metálicas son distintas a lo visto hasta ahora. Por tanto, la firma sueca ha cambiado lo mínimo en el interior, algo poco comprensible pero que quizá se deba a que no merezca la pena realizar grandes cambios en un modelo tan veterano.
En el caso de los motores, la estrella serán los propulsores 1.9 TTiD de 130, 160 y 180 CV, que en los tres casos registran 119 g/km de CO2 y se libran del impuesto de matriculación. En la gama gasolina, el bloque 2.0 turbo incorpora una variante de 163 CV de acceso, que se sitúa por debajo del 1.8 Turbo de 175 BioPower. El motor 2.0 Turbo de 210 CV pasa ahora a entregar 220 CV, y además se logra una reducción de consumo del 4% (no han dado cifras exactas).
De momento no se ha comunicado cuándo se harán efectivos estos cambios, aunque viendo que son tan ligeros seguramente en pocas semanas ya se encuentre disponible en Europa. Este lavado de cara debería ser el último que reciba la actual generación del Saab 9-3, que lleva la friolera de ocho años en el mercado.
Vía: Saab
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