Después de la futura limitación a 30 Km/h en ciudades, ¿podía haber cambios de más impacto? Por increíble que parezca, así será. Recuperados de la incredulidad que supuso escuchar la noticia esta mañana, en pleno año 2011 y con la excusa de la crisis (económica y energética), iremos hacia atrás, como los cangrejos. Si en 1973, con la crisis del petróleo, se establecieron unos límites de velocidad genéricos en autopistas y autovías de 120 Km/h (y con los coches de aquel entonces, tremendamente más inseguros y gastones en combustible que los de ahora), en 2011 retrocedemos otra vez.
El Gobierno ha anunciado que, como medida de ahorro de combustible, los límites genéricos de velocidad máxima en autopistas y autovías se rebajarán de los 120 Km/h actuales a 110 Km/h. Esta medida entrará en vigor a partir del 7 de Marzo, dentro de apenas unos días, y estará en vigor indefinidamente, sin fecha de caducidad, pero “de forma transitoria“. Veremos si será realmente así o si dentro de cuarenta años tendremos que seguir lamentándonos como ahora.
Según Alfredo Pérez Rubalcaba, vicepresidente primero del Gobierno, lo que se pretende rebajando “temporalmente” la velocidad máxima a 110 Km/h es un “ahorro de gasolina”, con la finalidad de reducir la dependencia exterior en tema de combustibles. Estiman que el ahorro en combustibles será, gracias a esta medida, de un 15% (desconozco en qué se basan para emitir tal dato, pero a riesgo de ser atrevido e ignorante me parece demasiado optimista) y entrará en vigor inmediatamente, a partir del 7 de Marzo.
Además de esta impopular medida, que con toda seguridad nos exaltará aún más a los conductores, se han aprobado otra serie de medidas para ahorrar combustible. Entre ellas, la intención de fomentar el transporte público reduciendo los precios de los billetes de cercanías y media distancia de Renfe y elevar al 7% el porcentaje de biocombustibles en el gasóleo (actualmente es del 5.8 %). En palabras del Gobierno, por cada subida de 10 dólares en el barril de petróleo, España gasta 6.000 millones de euros más en combustibles, aunque “no hay riesgo de suministro de petróleo“.
Los problemas con las revueltas populares en Oriente Medio, sobre todo en Libia desde los últimos días, han supuesto la puntilla final a la escalada de los precios petróleo, que llevamos sufriendo desde los últimos meses. Como bien sabréis todos aquellos que llenáis el depósito de vuestro coche con regularidad, tanto la gasolina como el gasóleo se encuentran prácticamente a precios máximos históricos, como en Agosto de 2008, aunque por aquel entonces el precio del barril de petróleo era ostensiblemente más caro, ya que rondaba los 150 dólares y ahora apenas llega a los 120 dólares.
A pesar de que actualmente la cotización del euro respecto al dólar es algo más baja que hace tres años, no podemos evitar pensar que algo no encaja aquí. Y tampoco entonces, ya con un inicio claro de crisis económica, se pensó siquiera en tomar esta medida. ¿Aumentar los límites en autopistas hasta los 140 Km/h? Eso ya parece cosa de un pasado muy lejano, y en esta ocasión ni siquiera se ha enarbolado el tan manido argumento de la DGT acerca de la “seguridad” para rebajar la velocidad a 110 Km/h.
Accidentes, contaminación, dependencia energética… Lo curioso es que, ya sea en forma de impuestos o restricciones, el automóvil siempre es demonizado y termina cargando con todas las culpas. Y está por ver el impacto económico que tendrá esta medida: por ejemplo, en la industria, competitividad o transportes. Por lo pronto (y esto es un detalle que me hace sospechar de que la medida no será tan “temporal” como nos anuncian), se adaptarán todas las señales y se cambiarán para que muestren los nuevos 110 Km/h, a un coste todavía desconocido.
Y los radares no dejarán de hacer su agosto, puesto que también adaptarán sus criterios sancionadores a los 110 Km/h, bajando sus límites actuales a la hora de multar. Se espera que los excesos de velocidad por encima de 110 Km/h, con un margen todavía indeterminado, serán sancionados económicamente pero no quitarán puntos del permiso de circulación, sino que para esto continuará el criterio actual de 120 Km/h.
¿Nos espera más impuesto revolucionario y más recaudación por multas? Y una última duda, si las carreteras convencionales continúan teniendo su límite a 100 Km/h, ¿acaso compensará ahora pagar un peaje de una autopista de pago? A este paso nos veo dentro de poco tiempo todos en bicicleta y, los más pudientes, a caballo.
Vía: El Mundo | El País
Imágenes: Luipermom | Motorito v002.0
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