No sé si soy muy atrevido al decir que el Lamborghini Aventador era el coche más esperado para el Salón de Ginebra. Sea como fuere lo cierto es que un movimiento importante en la sede de los de Sant’Agata Bolognese por dos cosas, relevar al veterano Murciélago y marcar el récord de “Lamborghini de serie más potente de toda la historia”.
Mucho se ha hablado también de que no es más que otro Lamborghini o de que no innova con respecto a lo que ya existía. En el stand de Lamborghini ha quedado claro que no es así, el Aventador LP7004 es superior en muchos aspectos, comenzando por el interior. No hay color entre un ; Murciélago LP670-4 SV y este Lamborghini que lleva nombre de un toro ejemplar. Y, como suele pasar, en directo gana mucho.
La calidad de los acabados del biplaza Aventador no es el que uno esperaría de una joya con 700 CV bajo el pedal. Los cueros son de lujo y todo está perfectamente rematado para no olvidar que se trata de auténtico Lamborghini. Si algo me ha gustado de su interior es el cockpit de mando que casi parece sacado de una película futurista (exagerando un poco nada más).
Todo bien luminoso, con muchos datos a la vista para disfrutar de la conducción porque desde aquí es desde donde más se disfruta con total seguridad. Un poco antes se disfruta levantando la puerta pivotante para adentrarse en el curtido habitáculo y sentarse sobre uno de sus fornidos asientos. Toda esta atmósfera está bien trabajada para sentir que se está en un coche muy especial.
De aquí en adelante seguro que leeremos mucho sobre este coche y cuando lleguen las pruebas quedará demostrado si el V12 de 700 CV, la tracción total y la dinámica de la que tanto se hablan cumplen a la perfección en un Lamborghini como éste. ¿Sorprenderá en estos aspectos más que el bienquerido Reventón?
En Diariomotor: Lamborghini Aventador LP700-4
