Seguimos repasando las novedades del Salón de Ginebra, y en esta ocasión nos paramos en el stand de Volkswagen para echar un vistazo a la que quizá sea su novedad más importante. Hablamos del Volkswagen Golf Cabriolet, que resucita después de varios años de ausencia para volver a ser una de las referencias de los descapotables derivados de compactos, aunque presenta una notable diferencia con la mayoría de ellos.
Como ya sabíamos, su principal novedad es que monta techo de lona. Todas las generaciones anteriores ya tenían esa configuración, pero actualmente la moda de los techos metálicos retráctiles ha relegado a la clásica lona a un lugar muy minoritario entre los cabrios generalistas. Además, el hecho de que el Golf Cabriolet monte este techo también sirve para desmarcarlo del Volkswagen Eos, algo más refinado y con techo metálico.
Centrándonos en las impresiones en directo, hemos podido comprobar que a cielo abierto se mantiene esa mezcla de sobriedad y elegancia que tan bien ha sabido mantener el Golf a lo largo de los años. En el expositor se encontraban tres unidades, una roja, una azul y otra blanca. Las dos primeras transpiran clasicismo por todos sus costados, mientras que la última tiene un toque algo más deportivo debido sobre todo al color, en claro contraste con el negro de la lona del techo.
Del interior, hay que destacar la relativa amplitud de las plazas traseras. Aunque el espacio para las piernas es ínfimo, la anchura de la banqueta es más grande de lo normal en este tipo de coches. En todo caso, el respaldo de estas plazas auxiliares tiene toda la pinta de ser muy incómodo. Es una pena que no hayamos podido comprobar cómo se viajaría atrás con la capota cerrada, aunque el techo en forma abombada parece que no resulta excesivamente agobiante.
Por lo demás, poco hay que decir. La calidad de acabados es la que cabe esperar de un Golf, a falta de poder comprobar el aislamiento acústico que ofrecería la capota. Es inevitable hacer una mención especial al Audi A3 Cabrio, con el que comparte multitud de elementos mecánicos y cuya apariencia es muy similar, sobre todo si los miramos lateralmente. El posicionamiento en el mercado de ambos es similar, aunque el cuatro aros debería tendrá unos precios superiores que deberían reflejar una mayor calidad de factura.
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