El Ferrari FF es la gran novedad de la marca de Maranello en el Salón de Ginebra. Un modelo muy esperado y con grandes cambios respecto a los Ferrari de los últimos años. El diseño shooting brake encargado a Pininfarina es una apuesta muy arriesgada para una marca con tanta tradición y aunque a mí no me enamora, era necesario para ofrecer un superdeportivo con cuatro verdaderas plazas y un buen maletero.
Al verlo en directo no da la impresión de ser tan largo, no parece que sea una berlinetta de cerca de 5 metros. Lo reconozco, si no nos paramos a observar los detalles nos parecerá la versión ferrarista de un BMW Z3, quizás sea la falta de costumbre de ver éste característico diseño en otros modelos. En el frontal observamos que tiene los mismos faros que el 458 Italia y el faldón casi idéntico al del 612 Scaglietti.
Los faros traseros son los típicos de la marca. Son detalles que le restan originalidad pero pénsandolo bien es como si los dirigentes de Ferrari nos quisieran decir: vale, el diseño es un poco raro pero no queremos que te olvides de que es un Ferrari. El largo morro es necesario para albergar el motor de doce cilindros. En la trasera destaca el faldón trasero, con un difusor flanqueado por dos salidas de escape a cada lado.
En el portón trasero podemos apreciar un pequeño spoiler integrado que conjuga a la perfección con el conjunto. Para terminar el repaso al exterior destaca el detalle de unas branquias en el lateral y el paragopes trasero. Los retrovisores tienen una inserción de fibra de carbono, otro toque deportivo.
Llega el momento de entrar y acomodarme en uno de los cuatro bacquets que lleva éste Ferrari, concretamente en el del piloto. La forma en que me envuelve el asiento, el olor a cuero de calidad, acariciar ese volante – el mismo que el de 458 Italia – con su manettino, me encanta. El salpicadero es parecido al del 612 Scaglietti y está forrado en cuero al completo. Los ajustes son perfectos, ha mejorado mucho la marca en éste aspecto.
Observo las grandes levas de aluminio, en el cuadro, la zona roja del cuentarrevoluciones empieza en 8.200 r.p.m. y el velocímetro está tarado hasta los 360 km/h. Comentaros la sorpresa que me llevé cuando ví que estaba puesta la llave roja con el cavallino. Es difícil resistirse a estar tan cerca de arrancar el doce cilindros y escuchar el rugido de sus 660 CV pero obviamente tuve que contenerme.
A continuación, me siento en uno de los baquets de la parte trasera. Me acoje como cualquier asiento delantero y la sensación de espacio es aceptable. Mis piernas no tocan con el respaldo del asiento delantero y mi cabeza no roza con el techo. Eso sí, mido sólo 1.72m, personas más altas no viajaran cómodas en esas plazas.
Hay una consola que separa las plazas traseras y que tiene la función de reposabrazos y de espacio para almacenar objetos. El maletero es una referencia para un superdeportivo. Dispone de 450 litros y por supuesto hay a disposición del cliente un juego de maletas para aprovechar al máximo ese espacio. Además, es ampliable abatiendo los asientos traseros.
En definitiva, el Ferrari FF gustará más o menos pero aparte de 4 plazas reales y maletero no olvidemos que es una máquina que acelera hasta 100 km/h en 3,7 segundos, alcanza 335 km/h e incorpora tracción total para controlar tanta potencia en toda circunstancia. Permitidme decir que es como un Ferrari todo en uno, sólo le falta el techo retráctil.
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A continuación os dejo con una amplia galería fotográfica con todos los detalles del Ferrari FF incluyendo una unidad en blanco que estaba en el stand de Pininfarina. Después de conocerlo, ¿qué os parece el nuevo cavallino rampante?
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