En el Salón de Ginebra que se está celebrando en estos días, Porsche está mostrando el pasado, presente y futuro de su apuesta por la tecnología híbrida. Para ello se ha llevado a Suiza modelos de calle, de competición y ha mostrado con orgullo la réplica del primer automóvil híbrido de la historia, el Lohner-Porsche.
Me encanta que algunas marcas muestren un pedacito de su historia en los salones internacionales. El diseño de principios de siglo XX del Lohner-Porsche destaca en el stand entre tanto coche moderno. Está basado en un modelo de 1900 apodado el Semper Vivus y dispone de un motor de gasolina que alimenta las baterías alojadas en las dos ruedas delanteras, que son las encargadas de impulsar el coche.
El motivo de llevar éste coche histórico a Ginebra era la presentación del Porsche Panamera S Hybrid, que estaba situado a pocos metros y que para que no pasase desapercibido estaba pintado en verde cristal metalizado, un color especial que es un extra de 3.973€. Sólo la inscripición hybrid en las puertas delanteras y en el portón nos indican la tecnología que propulsa a éste Porsche.
Una vez acomodados en el asiento del conductor, disfrutamos del mismo ambiente de lujo que en cualquier otro Panamera. En el cuadro de instrumentos, sólo la palabra Hybrid en el centro del cuentarrevoluciones y el indicador de carga del motor eléctrico que apreciamos en la esfera de la izquierda identifican a ésta versión.
Como ya os comentamos hace algunas semanas, el Panamera S Hybrid dispone de un motor V6 Turbo que rinde 333 CV y uno eléctrico de 47 CV que pueden funcionar de manera independiente o combinada. Alcanza los 100 km/h en 6.0 segundos y consume una media de 6.8 litros/100km con neumáticos especiales de baja resistencia a la rodadura o bien 7.1 litros/100km con neumáticos convencionales.
También estaba presente el Porsche 918 RSR, un prototipo que es en realidad un coche laboratorio que se está utilizando para desarrollar el nuevo superdeportivo de la marca, el sucesor del Porsche Carrera GT. Exterioremente tiene los rasgos necesarios para hacer historia si pasa a la producción, ahora parece un coche de carreras. Es deportivo, agresivo y se identifica como un auténtico Porsche.
En su interior observamos un único baquet en el habitáculo y un volante de competición con el cuadro de instrumentos digital. La consola central de forma ascendente recuerda mucho a la del Carrera GT. El sitio del copiloto lo encontramos ocupado por el dispositivo del volante de inercia que almacena la energía de las frenadas, integrado en un sistema parecido al KERS. Un gran apoyo al V8 y a los dos motores eléctricos que ofrecen un total de 756 CV.
Por último, pudimos contemplar el primer Porsche híbrido utilizado en competición, el 911 GT3 R Hybrid. Queda claro por tanto que Porsche confía al 100% en la tecnología híbrida. Personalmente, lo veo perfectamente compatible con la esencia deportiva de la marca. Otra cosa sería si el motor térmico funcionara con gasoil, pero ese ya es otro tema.
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