La ciudad de Nueva York es una enorme jungla de asfalto donde viven millones de personas, y como tal es un auténtico agujero negro vedorador de energía. Cada día cientos de miles de coches surcan sus calles, provocando ingentes cantidades de emisiones de gases provenientes de la combustión del combustible, un tema que desde hace años preocupa a las autoridades civiles.
Allá por 2007, el alcalde de la ciudad propuso que todos los taxis fueran híbridos, lo que ayudaría a reducir esas emisiones teniendo en cuenta la gran cantidad de taxis que hay en NYC. Se tomaron una serie de medidas cuyo objetivo final era conseguir que los casi 13.000 taxis de la ciudad fueran híbridos, o al menos que su consumo fuera inferior a 25 mpg (es decir, cifras superiores a 25 mpg). Ni que decir tiene que los taxistas rechazaron abiertamente esta “obligación”.
Por aquel entonces había menos de 400 taxis híbridos en NYC, pero actualmente hay más de 4.000. Sin embargo, aún hay más de 8.000 personas que mantienen sus coche antiguos, principalmente los Ford Crown Victoria. Es algo lógico teniendo en cuenta el enorme gasto que supone adquirir un vehículo nuevo, y más aún si el actual funciona perfectamente. Es por eso que la Metropolitan Taxicab Board of Trade interpuso en 2008 una demanda contra la ciudad.
Los argumentos que esgrimían son perfectamente entendibles, ya que a nadie le hace gracia que le obliguen a cambiar su coche si no tiene necesidad de ello, y menos aún cuando es tu herramienta de trabajo. El caso llegó hasta el Supreme Court estadounidense, que ya ha dado una primera resolución: el único organismo que puede regular las emisiones de los coches es el Gobierno federal, por lo que la medida tomada por Nueva York carece de validez legal.
La reacción del equipo del Ayuntamiento no se ha hecho esperar, ya que consideran injusta esta medida. Michael Bloomberg, el famoso alcalde de NYC, ya ha comunicado que no va a cesar en su empeño de lograr que todos los taxis neoyorquinos sean híbridos. Consideran que la aprobación de la medida sería buena para todo el país, puesto que a partir de entonces más ciudades podrían imponer esta norma.
Por tanto, aún no se puede dar el caso por cerrado aunque de momento hay varios meses (o años) de tregua para los sufridos taxistas. Recordemos que no es la única batalla que este colectivo tiene abierte, ya que actualmente hay abierto un concurso para elegir el taxi oficial de Nueva York. Ya está en la fase final y, de finalizar definitivamente, el coche ganador sería el encargado de motorizar a todos los taxistas de la ciudad que nunca duerme a partir de 2014.
Vía: LeftLane
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