Da gusto ver como la globalización y las fronteras que rompe internet podemos ver auténticas creaciones sobre cuatro ruedas, habitualmente hacia un lado desagradable aunque también con verdaderas joyas de arte. Hoy toca ver dos nuevas, una extraña mezcla de deportivos y una réplica de un superdeportivo alemán.
El primero en salir a la palestra es un antiguo BMW Serie 7 e23, concretamente un 728i de 180 CV curiosamente inalterado, que ha perdido varias partes de su cuerpo a favor de otras con diseños bastante diferentes. La parte delantera pertenece a un antiguo Shelby Mustang mientras que la zona trasera imita a la perfección las famosas ópticas redondas de distintos tamaños que definen la trasera de un Skyline GT-R R34.
Según se mire estos transplantes de piezas pueden incluso ser tolerables siguiendo el lema de que “la variedad está la diversión”. Ahora, robar parte de la esencia de clásicos tan queridos como el Mustang para colocar sobre un más sencillo, aunque respetable, BMW seguramente no recibirá excesivas críticas positivas. Más críticas positivas podría obtener la siguiente creación del día.
El Pontiac Fiero, un auténtico coche base para la realización de réplicas (por ejemplo, para hacer un Reventón), es el punto de partida para crear un Porsche Carrera GT de la nada. En algunos detalles está bastante logrado como el cuerpo lateral o los retrovisores y en otros no tanto como el rudo volante que ha colocado su creador.
Ojo, que no todas las réplicas de un Porsche pueden ser consideradas aceptables. Personalmente creo que ésta tiene un buen trabajo detrás pero si uno quiere ser excesivamente purista no deja de ser un quiero y no puedo y un culto al mal gusto en el interior. En definitiva ambas son dos “originalidades” que se pueden adquirir actualmente.
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