El Skoda Yeti es el primer SUV de la marca checa del Grupo VAG. Lleva en nuestro mercado desde 2009 y desde entonces sus ventas han sido muy discretas, todo lo contrario que en otros lugares como en Reino Unido dónde su éxito conlleva que sus clientes sufran una larga lista de espera. Así de variados son los gustos de los clientes según qué país.
He visto a la marca de la flecha alada evolucionar desde mitad de los años noventa. He montado – y seguro que también muchos de vosotros – en taxis de las dos generaciones de Octavia y Superb con sus correspondientes restylings, aunque no ha sido hasta ahora cuando he conducido uno de sus modelos durante 1.500 km y os adelanto que mis impresiones son bastante buenas.
La versión probada es la que incorpora el motor 2.0 TDi de 140 CV con conducto común, cambio automático DSG y tracción total. El acabado de equipamiento es el Experience, el más alto de la gama, aunque también incorporaba algunos extras de equipamiento que analizaremos posteriormente, ya que reciente ha habido cambios de equipamiento en las diferentes versiones.
A diferencia de lo que podríamos pensar, el Skoda Yeti comparte plataforma con el Skoda Octavia y no con el Volkswagen Tiguan. Es decir, tiene la misma estructura y distancia entre ejes que un Audi A3 o un Volkswagen Golf V. Aunque éstos sean modelos ya renovados o a punto de hacerlo, no podemos hablar de un bastidor obsoleto por el buen rendimiento que ofrece.
Un diseño original
El número de SUVs en el mercado ha aumentado exponencialmente en los últimos años. Hay una gran diversidad, estando presente en todos los tamaños y potencias. Su diseño exterior es también variado pero la mayoría suelen destacar por rasgos dinámicos y no por unas líneas rectas como están presentes en el Yeti. Sus medidas son compactas, 4.22 metros de largo, 1.79 metros de ancho y 1.69 metros de alto.
Es una apariencia controvertida, gusta a algunos y desagrada a otros pero lo que no cabe duda es que es original. El frontal está protagonizado por dos grandes faros antiniebla – con función de alumbrado lateral – de forma circular situados a ambos lados de la característica parrilla. Incorpora también faros bi-xenón autodireccionales.
En su vista lateral destaca su silueta trasera cuadrada y que todos los pilares – excepto el pilar B – son de color negro. El resultado es que la carrocería del Skoda Yeti da impresión de robustez. Las llantas de 17 pulgadas bajo unos pronunciados pasos de rueda y las barras de techo en aluminio completan los detalles.
Interior amplio y de calidad
Plazas delanteras cómodas y elevada calidad
La primera impresión al sentarme en el interior es la de estar ante un coche bien hecho. Tiene un diseño sencillo, serio, muy alemán si me permitís la expresión. Los materiales de todo el habitáculo son de elevada calidad y muy buena apariencia. Son blandos en la parte superior del salpicadero y suaves al tacto.
Es inevitable compararlo con los productos de su casa matriz, Volkswagen, y me atrevo a decir que la iguala en acabados y ajuste, está a un nivel muy alto. Si tapamos el logotipo que aparece en el volante, bajo mi punto de vista, no hay diferencia apreciable entre un Volkswagen Tiguan y éste Skoda.
La consola central muestra los módulos de radio y del climatizador bizona bien diferenciados. Son idénticos a los que podemos encontrar en otros modelos del Grupo Volkswagen. En la parte inferior, se encuentran los botones para desactivar el control de estabilidad y para accionar el control de descenso de pendientes. La palanca del cambio automático está forrada en cuero y en la parte superior tiene una pequeña inserción metálica con la inscripción 4×4 grabada.
Hay muchos huecos para dejar objetos tanto en los sitios más comunes como en puertas, bajo la consola central y la guantera, como además un pequeño pero útil espacio en la parte superior del salpicadero. Bajo el reposabrazos delantero, hay un espacio que Skoda denomina Jumbo Box. Es grande, está refrigerado e incluye la entrada auxiliar de audio. También hay un cajón debajo del asiento del copiloto.
Los asientos de la unidad probada estaban tapizados en piel. Pese a su apariencia sencilla, son muy cómodos tanto en viajes cortos como largos. El asiento de conductor tiene regulación eléctrica en todas las posiciones incluyendo ajuste lumbar, además tiene función de memoria.
El volante multifunción de cuatro radios no está saturado de botones y éstos son muy intuitivos de usar para manejar el equipo de audio, el ordenador de a bordo y el teléfono. Los mandos del control de velocidad se situan en la palanca de intermitentes y también son iguales a otros modelos del Grupo.
Ergonómicamente, sólo hay dos detalles que no me convencieron. En primer lugar, la pierna derecha va apoyada necesariamente en la consola central. Por otra parte, la palanca del freno de mano es muy corta y queda justo debajo del reposabrazos, por lo que hay que retirar éste para accionar el freno de mano. Ambos detalles son incómodos aunque te llegas a acostumbrar.
Buenas plazas traseras para dos personas
Es difícil encontrar vehículos en los que tres personas puedan viajar cómodamente pero en el Skoda Yeti es más evidente. Dispone de tres asientos individuales, siendo de buen tamaño los correspondientes a las plazas laterales y muy estrecho el del centro, de hecho, su respaldo se abate para funcionar como reposabrazos.
Además, la consola que separa los asientos delanteros, entra directamente en la zona trasera, quitando espacio para las piernas para el supuesto pasajero de la plaza central. En ésta consola se situan dos salidas de ventilación para las plazas traseras, con posibilidad de regular la dirección y el caudal del aire.
En ésta zona tenemos que nombrar un sistema de modularidad que Skoda denomina VarioFlex. Los tres asientos traseros pueden extraerse. Además los laterales pueden desplazarse longitudinalmente, reclinarse, abatirse o extraerse. Si quitamos el asiento central podemos acercar las plazas laterales, dejando un espacio mayor con la puerta aumentando la habitabilidad.
Incluso con la configuración normal, dos adultos viajan detrás con mucha comodidad. Hay un buen espacio para piernas y mucha altura disponible debido al diseño exterior de la carrocería. Los asientos tienen un mullido con la suficiente dureza como para hacerlos confortables. La gran cantidad de luz que entra a través del techo panorámico contribuye a una mayor sensación de espacio y su tamaño permite que los pasajeros disfruten del paisaje.
Maletero
La capacidad del maletero oscila desde los 405 litros con los asientos traseros en su posición más atrasada hasta los 1.760 litros si quitamos los asientos traseros. En configuración normal es una capacidad correcta teniendo en cuenta la longitud del coche, además sus formas regulares lo hacen más aprovechable.
En las versiones más equipadas disponemos de tres redes de sujeción y un sistema de ganchos para colocar bolsas que lo hacen más práctico. Bajo el piso del maletero se encuentra un kit reparapinchazos aunque podemos optar a una rueda de menor tamaño que las demás sin sobreprecio.
Hasta aquí la revisión en parado del Skoda Yeti. Permaneced atentos, mañana lo arrancamos.
- Skoda Yeti 2.0 TDi 140 CV DSG Experience, a prueba (II)
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Skoda Yeti 2.0 TDi 140 CV DSG Experience, a prueba
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