Corría el año 1990 cuando salía al mercado europeo el Fiat Tempra. Concebido como una berlina sedán de cuatro puertas y tamaño compacto (4.34 metros de longitud), se valía del mismo chasis del Fiat Tipo, que podría considerarse su “hermano” en formato tres y cinco puertas, posicionándose comercialmente por debajo del Fiat Croma (el tope de gama de la casa italiana por aquel entonces) y sustituyendo de hecho a un ya veterano Fiat Regata.
En Europa únicamente se comercializó con carrocería de cuatro puertas y en una interesante aunque no demasiado apreciada versión Wagon, con carrocería familiar. De hecho, sus motores más potentes fueron los 2.0 8v con inyección electrónica y 115 CV, en gasolina, y el robusto 1.9 TD de inyección mecánica indirecta y 92 CV, en diésel. Pero en otros mercados, como en Brasil, el Fiat Tempra fue durante unos cuantos años lo más de lo más de la marca italiana, con potentes motores Turbo, equipamiento a la altura e incluso una desconocida versión coupé de dos puertas que nunca salió del mercado local.
Pongámonos en antecedentes: en Europa, el Fiat Tempra venía a ser el Fiat Tipo con carrocería sedán de cuatro puertas, aunque bien es verdad que con personalidad propia y diferenciada. Sus aspiraciones no eran convertirse en un coche de alta gama para Fiat, sino en un sedán compacto más popular y funcional, con atributos como un espacio interior muy amplio o un maletero realmente espacioso, con 500 litros de volumen.
Por ello, al situarse por debajo del Fiat Croma, nunca gozó de un reconocimiento popular elevado, ni de motores demasiado potentes. Hasta el año 1992 la mayoría de sus mecánicas eran carburación sin catalizar, con el 1.8 i.e. de 110 CV como tope de gama. A partir de la obligatoriedad del uso de catalizadores en la Unión Europea, sus motores se reconvirtieron a la inyección electrónica, rebajando sus potencias y perdiendo algo de ese carácter que les hacía tan particulares.
Así, hasta 1996, año en el que el Fiat Tempra fue sustituido por el Fiat Marea (sobre la base del Bravo/Brava de primera generación), la gama se quedó con los 1.4, 1.6, 1.8 (con 105 CV) y 2.0 litros (con 115 CV), todos ellos inyección y con culata de dos válvulas por cilindro. En diésel, dos eran las opciones: el 1.9 D atmosférico de 65 CV, y el 1.9 TD turboalimentado de 90/92 CV.
Para mayores aspiraciones, había que irse a un Fiat Croma, también superior en precio. Pero pese a ello, el Tempra gozó de un equipamiento que ya quisieran para sí otros rivales, como su tablero electrónico con check panel, climatizador automático o espejos calefactados regulables eléctricamente. Sin embargo, donde sí triunfó el Fiat Tempra fue en otros mercados, como en América del Sur y, especialmente, en Brasil.
En Brasil, el Tempra comenzó a venderse en 1992, y al no comercializarse el Fiat Croma en ese mercado se convirtió en la oferta de mayor lujo y representatividad del fabricante de Turín. Gracias a ello, y a pesar de los precios relativamente elevados para la época, el modelo adquirió un desarrollo y una variedad apenas vista en el mercado brasileño hasta entonces. El equipamiento de serie era bastante completo, y existieron numerosas versiones de acabado muy completo, como la Stile o la Oro.
Si hablamos de la versión de cuatro puertas, apenas había diferencias con su homóloga europea, aunque el interior era relativamente distinto, los espejos exteriores eran de mayor tamaño, la suspensión era de tarado más suave (para las carreteras y pistas no siempre perfectas de Brasil) y también los motores eran distintos a la gama europea, con un 2.0 8v de 99 CV adaptado para funcionar con etanol. Posteriormente recibiría un pequeño restyling, con nuevos faros delanteros y volante y salpicadero, entre otros elementos, que le harían mantenerse al pie del cañón hasta 1999.
Pero la mayor novedad vendría con el Fiat Tempra Coupé, una versión de dos puertas que nunca llegaría a Europa ni saldría de Brasil. No sólo su aspecto era mucho más deportivo, debido a su carrocería, al alerón posterior y a las llantas exclusivas, sino que sus motores también eran más prestacionales. Se ofreció con un 2.0 16v atmosférico, que con 127 CV era capaz de acelerar de 0 a 100 Km/h en 9.8 segundos y fue el primer motor con culata de 16 válvulas a la venta en Brasil.
La versión más potente era el Fiat Tempra Turbo, que con el mismo 2.0 16v sobrealimentado gracias a un turbocompresor Garret conseguía 165 CV, convirtiéndose en el coche más rápido a la venta en el mercado brasileño hasta entonces y siendo capaz de acelerar de 0 a 100 Km/h en 8.2 segundos y superar los 200 Km/h de velocidad máxima sin problemas. El equipamiento de estas versiones era más lujoso, y podía incluir asientos eléctricos de cuero, airbag o ABS, algo a lo que no estaban acostumbrados los brasileños.
El Fiat Tempra Coupé tuvo una vida más corta que el modelo sedán, y sólo estuvo a la venta en Brasil desde 1993 hasta 1995, siendo por aquel entonces un modelo muy cotizado. Nunca lo vimos en Europa, y de ahí su rareza, pero aquí sí disfrutamos de una pequeña joya coincidente en el tiempo: el Fiat Coupé, con una diseño de Chris Bangle que le hacía parecer un baby Ferrari y motores atmosféricos y turboalimentados de hasta 220 CV. Pero esa ya es otra historia…
Fuente: Ran When Parked
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