En más de una ocasión hemos hablado de algunas de las carencias del sistema actual de enseñanza para los nuevos conductores, así como del examen para obtener el carné de conducir. Hace muy poco mi compañero Víctor se centraba en uno de los aspectos que más se descuidan en las autoescuelas: la conducción eficiente.
Precisamente en ese sentido Pere Navarro a atendido la propuesta de la Confederación Nacional de Autoescuelas (CNAE) y ha reconocido que la DGT ya trabaja en un modo de evaluación de la eficiencia en el examen práctico para introducirlo el próximo año. El objetivo no sólo sería el de formar conductores seguros sino también eficientes, capaces de ahorrar un 15% en el consumo medio de carburante y emisiones, con unas nociones básicas de conducción eficiente.
La dificultad ahora está en descubrir un método objetivo de evaluar la eficiencia y ponerlo en práctica. Mientras tanto la DGT ya ha ofrecido la formación fundamental a más de 10.000 profesionales de autoescuelas. Lo siguiente será instruir a los 800 examinadores de España para establecer el protocolo y los criterios de evaluación.
Una dificultad añadida, tal vez, para los futuros conductores. Por otro lado habrá quien piense que la conducción eficiente no es algo importante. Pero en definitiva la mayoría de las técnicas de conducción eficiente basan su efectividad en la anticipación, en prevenir el estado del tráfico y de la carretera para saber en que momento es oportuno cambiar de marcha o soltar el acelerador. Instruyendo a conductores más eficientes también estaríamos instruyendo a conductores más seguros. ¿No debería ser ese el objetivo a fin de cuentas?
Fuente: Europa Press
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