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Citroën DS3 1.6 HDi 92 CV, a prueba (I)

La prueba de esta semana versa sobre el Citroën DS3. El DS3 ha sido el primer vástago de la nueva familia DS que Citroën está en estos momentos formando. A falta de la puesta en venta de los DS4 y DS5, el Citroën DS3 es el único miembro que está ya en la calle. Es un utilitario que nada tiene que ver con su hermano el Citroën C3, ya no es generalista, sino que apuesta por la calidad y la diferenciación. Es en teoría todo un utilitario premium destinado a batirse el cobre con lo mejor de este reñido segmento.

Y con lo mejor, nos referimos al Audi A1, el Mini de BMW o el Alfa Romeo Mi.To, rivales muy duros de roer y con sólidos argumentos. ¿Tiene el Citroën DS3 lo que hace falta para conquistar este duro reino? Pues tendremos que averiguarlo probando una versión 1.6 HDi de 92 CV, aunque su denominación oficial rece HDi 90. Además, es una unidad que en el momento de probarla sólo tenía 1.000 km en el odómetro y por tanto estaba aún en rodaje, pero nos dejó impresionados con sus bajísimos consumos de combustible.

Citroën DS3 1.6 HDi 92 CV, a prueba (I)

En otras ocasiones haríamos referencia al acabado de la unidad que estamos probando, pero en el caso del DS3 no existen los acabados, todas las motorizaciones parten de un equipamiento base correcto, que posteriormente podemos actualizar con mejoras varias. Como podéis intuir, las llantas de 17 pulgadas de las imágenes o el navegador no son de serie, pero a eso llegaremos en la tercera parte de la prueba. Por el momento pasemos a conocer un poco más el diseño y el habitáculo del Citroën DS3.

El anti-retro

Ese era el slogan de Citroën en la publicidad del DS3. Es muy acertado, ya que el Citroën DS3 supone una ruptura con los modelos más generalistas de Citroën, y al contrario que los Mini Cooper o Fiat 500, en absoluto mira a diseños del pasado. Es un detalle curioso entonces que su nombre comience por DS, un automóvil icono del diseño y evocadoramente retro. La realidad es que el Citroën DS3 tiene un aspecto rabiosamente moderno, muy rico en pequeños detalles y como no, con abundantes LED diurnos.

Citroën DS3 1.6 HDi 92 CV, a prueba (I)

Su frontal está dominado por las dos tiras de LEDs, que se apagan si es de noche y circulamos con la iluminación de cruce. La calandra luce el emblema de Citroën de manera coqueta, con un cromado discreto y un tamaño pequeño, aunque en el capó veremos otra “chapa”, la de la saga DS. Las ópticas son de gran tamaño y forma original. La negra boca del paragolpes con una rejilla tipo nido de abeja resalta sobre el color amarillo intenso de nuestra unidad de pruebas, al que llamar llamativo es quedarse corto.

De perfil nos damos cuenta de que es un coche corto, de sólo 3,95 metros de longitud, aunque es lo último que advertimos, ya que nuestra mirada está en las llantas de 17 pulgadas, opcionales y pintadas en color blanco, haciendo juego con el techo del coche. Son unas llantas muy bonitas, pero tienen el inconveniente de ensuciarse muy rápido con el polvo de los discos de freno, que las vuelve grisáceas. Este problema sólo ocurre con el juego delantero, detrás el Citroën DS3 HDi 90 lleva frenos de tambor.

Citroën DS3 1.6 HDi 92 CV, a prueba (I)
Citroën DS3 1.6 HDi 92 CV, a prueba (I)

También llama la atención el juego estilístico del pilar B, que parece incompleto y el pilar C, que parece no existir producto de un cristal envolvente ligeramente tintado. Pero para mi gusto la parte más bonita es la zaga, donde nos miran dos preciosas ópticas. El modernista logotipo del DS3 está en el centro del portón del maletero y en la parte baja del paragolpes asoma una cola de escape cromada. Es realmente un coche diferente y en mi opinión muy bonito, de los mejores diseño que Citroën ha producido últimamente.

Aspecto premium en un habitáculo funcional

Plazas delanteras

El sonido al cerrar la puerta es ya un buen indicativo de calidad en el Citroën DS3. Me acomodo en un asiento que resulta correcto a nivel de banqueta y respaldo, aunque sin unos apoyos laterales muy marcados. El espacio de mi cabeza al techo es más que suficiente, y mi asiento aún no está en su posición más baja. Para las rodillas es espaco también es bueno, aunque iremos ligeramente apoyados en la consola central, el salpicadero adelantado da una gran sensación de amplitud, es un habitáculo diáfano.

Citroën DS3 1.6 HDi 92 CV, a prueba (I)

Sin duda uno de los mejores atributos del Citroën DS3 son sus preciosas plazas delanteras, con un salpicadero de lo más llamativo, con un volante con acentos plateados y una instrumentación de capricho. Una vez acomodado en una posición de conducción que no es baja, regulo el volante en altura y profundidad, y encuentro mi postura con facilidad, aunque para estar bien al 100% en mi caso, el volante ocluiría parte de la instrumentación, concretamente la parte superior del velocímetro.

Intuyo que sólo pasa con conductores de una talla tirando a alta, pero en todo caso no es molesto. Un detalle que no me ha gustado es que el volante no es multifunción, como en muchos otros vehículos del grupo PSA, y los controles del sistema de sonido y el control de crucero son dos apéndices de la columna de dirección, a los que hay que acostumbrarse al principio. La instrumentación está compuesta por un cuentavueltas a la izquierda, a su derecha un velocímetro central con indicador de temperatura del agua.

Citroën DS3 1.6 HDi 92 CV, a prueba (I)
Citroën DS3 1.6 HDi 92 CV, a prueba (I)

A la derecha hay una pantalla LCD con el nivel de combustible, estado del regulador de velocidad y odómetros, pero el ordenador de a bordo se muestra en la pantalla central, accediendo mediante un botón situado en la palanca de la derecha del volante. La instrumentación es una preciosidad, aunque su lectura no destaca por ser excepcional. El botón situado en la parte blanca del salpicadero, a la derecha de la instrumentación, es el regulador del ambientador, que se compra en cartuchos.

El interior del Citroën DS3 tiene un aspecto premium, los materiales empleados en su construcción tienen un buen aspecto, como el plástico satinado de salpicadero y consola central, o el gomoso plástico que recubre el salpicadero y la parte superior de las puertas. El resto son plásticos duros de buen ajuste, aunque es posible encontrar zonas algo peor rematadas entre los asientos y algunos crujidos si intentamos mover alguna pieza. También hay muchos elementos compartidos con el Citroën C3.

Citroën DS3 1.6 HDi 92 CV, a prueba (I)

El Audi A1 sigue siendo la referencia de los utilitarios premium a nivel de habitáculo, seguido por el Mini y después el Citroën DS3, aunque hay que reconocer que el aspecto del interior del DS3 da bastantes vueltas a su competencia según mi parecer. Volviendo al repaso, la consola central está coronada por una pantalla de más de 6 pulgadas y buena visibilidad, con el climatizador bajo la misma y un autorradio compartido con otros coches PSA bajo el mismo, un poco ergonómicamente bajo.

Lo comento porque puede requerir apartar la vista de la carretera. Bajo el mismo hay un hueco ideal para una cartera o teléfono móvil, y debajo de este un hueco aún mayor para cualquier tipo de objeto. La palanca de cambios es muy bonita, con un pomo de plástico muy racing y de buen tacto. Aún hay más, bajo el freno de mano caben objetos planos, bajo el reposabrazos un objeto pequeño y en el interior del mismo más objetos compactos a esconder de la vista de los “amigos de lo ajeno”.

Citroën DS3 1.6 HDi 92 CV, a prueba (I)

Es curioso que no disponga de un hueco donde llevar bebidas, latas o botellas, ya que las puertas no tienen huecos adaptados a ello. Para el acompañanante, el salpicadero está muy retraído, por lo que tiene muchísimo espacio para las rodillas y puede adelantar el asiento y dejar más espacio al pasajero que va tras él. La guantera es grande incluso a pesar de esto, se traga sin problemas una botella de litro y medio, está refrigerada, iluminada y no está tapizada.

Plazas traseras

A diferencia de otros utilitarios premium como el Audi A1 o el Mini Cooper, el Citroën DS3 tiene tres plazas traseras, aunque de viajar tres personas irían más que justas de espacio lateral. Son plazas de tamaño correcto, mucho mejores que las del Mini y parecidas a las del A1, aunque con algo más de espacio para las rodillas. La cabeza viaja relativamente cerca del techo en una persona como yo, de 1.83 metros, aunque por poco no llega a tocar el tapizado del techo.

Citroën DS3 1.6 HDi 92 CV, a prueba (I)

Se accede a las plazas abatiendo el asiento delantero, que deja bastante espacio. Un asidero está ubicado en el pilar B, que se agradece mucho a la hora de entrar y salir del habitáculo. Las plazas traseras tienen tres reposacabezas y tres cinturones de tres puntos, de serie en toda la gama. Sus ocupantes – mejor que sean sólo dos – tienen un pequeño hueco portaobjetos en las molduras laterales, para poco más que una cartera o un teléfono móvil.

Maletero

Citroën DS3 1.6 HDi 92 CV, a prueba (I)

Tiene uno de los mayores maleteros de su categoría, con 285 litros de capacidad, igual que el Opel Corsa o el Audi A1. Tiene unas formas muy regulares, y una boca de carga a una altura correcta, con un pequeño salto entre esta y el piso de carga. Abatiendo los asientos se forma una superficie que no es plana, pero que puede albergar casi un metro cúbico, para ser más precisos 980 litros de volumen. Bajo el piso hay una rueda de repuesto tipo galleta y los triángulos se suministran en la caja roja de las imágenes.

Continuará…

En Diariomotor: Citroën C3 y DS3 e-HDI | Citroën DS3, todos los equipamientos y los precios | Citroën DS3

Vídeo destacado del DS 3

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Sergio Álvarez

Aunque es técnico en comercio internacional de formación, los coches han sido su pasión (incluso obsesión) desde que apenas levantaba un metro del suelo y sus padres le regalaron un Ferrari rojo a pedales. Su afición se ha profesionalizado en Diariomotor, donde está presente desde 2008. Seguir leyendo...

Firma de Sergio Álvarez
Vista lateral del DS 3 que muestra su diseño y líneas dinámicas.
Logo de la marca ds

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