No todo el Salón de Shanghai se ciñe lanzamientos globales de importancia de los fabricantes de más renombre. También hay hueco para pequeñas curiosidades y para las marcas locales, como Geely. Y una prueba de que los chinos ya se atreven con todo es el Geely GS-CC, un coupé cabrio con diseño un tanto discutible. Derivado del modelo coupé ya existente, este CC añade nuevas posibilidades gracias al techo metálico descapotable.
Con un motor de gasolina de cuatro cilindros y 1.3 litros, la turboalimentación hace que pueda rendir unos interesantes 129 CV, con lo que las prestaciones no deberían ser demasiado escasas. También es otra incógnita su precio, pero dada su procedencia este no debería ser muy elevado, con lo que ahora que se acerca el verano podría ser una buena opción para los que quieren un descapotable a toda costa, sin importarles demasiado la estética ni otras consideraciones. La mayor pega: probablemente nunca lo veamos en Europa.
Como decíamos, su diseño no será del agrado del todo el mundo, aunque sí de los que gusten de modelos exóticos y un tanto bizarros. El frontal cuenta con una parrilla bastante original, para bien o para mal, y definitivamente la parte trasera no es lo mejor del coche, un tanto recargada con esas aberturas bajo las ópticas y ese difusor con escapes integrados a ambos lados.
De todas formas hay que valorar el trabajo que ha hecho Geely, y es que al menos el diseño es lo suficientemente original, distinto y macizo, y se aleja de los cánones más convencionales que abundan en el segmento.
El interior, bastante colorido, sí que hemos de destacarlo positivamente. Parece agradable, con un diseño conseguido y bien realizado, y cuenta únicamente con dos plazas. Quizás tampoco la seguridad sea su fuerte, y será muy difícil llegar a verlo por Europa, pero pasito a pasito, los fabricantes chinos están dejando de lado los plagios descarados de todo a cien y se están desmarcando con propuestas originales de mayor calidad, capaces de rivalizar con otros modelos orientales o occidentales.
Recordemos que Geely no es una cualquiera, sino la propietaria actual de Volvo, así que ¿quién nos dice que dentro de una década (o menos) no se convertirán en rivales temibles para las industrias europeas, americanas, japonesas o coreanas?
Fuente: WorldCarFans
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