Es probable que para la mayoría de vosotros el Fiat 126 sea todo un desconocido, nacido como el sucesor del Fiat 500 jamás consiguió gozar de la fama de su predecesor salvo en algunos países del Este de Europa, dónde se estuvo fabricando hasta el año 2000. Algún ávido lector podrá ver en su silueta incluso un Fiat 127 recortado. Pero lo cierto es que este pequeño utilitario polaco significó todo un fénomeno en Polonia sólo comparable al Seat 600 en España, el Citroën 2CV en Francia o el Volkswagen Beetle en Alemania.
El Fiat 126 también conocido cariñosamente como Maluch, cuyo significado literal del idioma polaco es el de “bebé” (obviamente por su tamaño), iniciaba su fabricación en 1972 en la factoría de Fiat en Bielsko-Biała (Polonia) y más tarde continuaría en Tychy, dónde actualmente se fabrica el nuevo Fiat 500. Por tratarse de un utilitario muy económico, no tardaría en convertirse en uno de los automóviles más populares y probablemente el más relevante de los años 80 en Polonia.
En plena Guerra Fría y bajo una economía planificada por el sistema comunista y el amparo de la Unión Soviética, el Fiat 126 pretendía ser el verdadero coche del pueblo polaco y motorizar a las familias de clase media en Polonia. Y así fue. Tal y como algunos nostálgicos aún recordarán las vacaciones de las familias españolas a bordo del Seat 600, la estampa de una familia polaca con las maletas cargadas sobre la baca de su Fiat 126 era muy habitual en las carreteras del país.
El Fiat 126 se construyó inicialmente sobre la base del clásico Fiat 500 manteniendo su chasis y su disposición de motor trasero y tracción trasera. Obviamente toda la carrocería se modificó de forma que pareciera un Fiat 127 de dos puertas en miniatura. El primer motor era un modesto 594 cm3 que homologaba sólo 23 CV.
La producción del Fiat 126 en Italia se detenía en 1973, no así en Polonia donde siguió fabricándose hasta los albores del Siglo XXI. Su nombre oficial pasaba a ser entonces del de Polski Fiat 126p, aunque dado el éxito que había tenido Fiat admitió como oficial también el nombre de Maluch, que es como realmente se sigue conociendo hasta el día de hoy.
Bien entrado el año 2000 cesaba definitivamente la producción del nuevo Polski Fiat 126p después de 4.673.655 unidades, de las que 3.318.674 habían sido ensambladas en Polonia. Sorprendentemente incluso el Fiat 126 tuvo ocasión de competir en carreras de circuito y rallys gracias a preparaciones para tal cometido. Hoy en día es posible incluso conseguir réplicas basadas en un Maluch original para competir en pruebas de vehículos históricos y clásicos.
Y esta es la breve historia del verdadero “coche del pueblo polaco”, el Fiat 126. Tal fue su éxito que hoy en día sigue siendo habitual encontrarse con un Maluch por las carreteras, y sobretodo pueblos y ciudades polacas, dado que este pequeño utilitario aún sigue siendo una alternativa económica para sus desplazamientos cortos cotidianos.
Aunque no gozase de tanto éxito como en Polonia, el Fiat 126 se comercializó y recibió su correspondiente apodo en otros países, generalmente de Europa del Este. Apodos tales como Peglica (pequeño hierro) en Serbia y Croacia, Bolha (mosca) y Kalimero (por el personaje de dibujos animados) en Eslovenia, Kispolszki (pequeño polaco) en Hungría, Bambino (niño, en italiano) en Alemania o Polaquito en Cuba.
Fuente: Wikipedia
Fotografías: Netcarshow
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